McLaren: Más dura será la caída

Lo peor es la admisión de impotencia por parte de los responsables del equipo al no tener localizados los problemas que impiden al coche competitivo. "Definitivamente es un problema aerodinámico... pero que no se ve en el túnel de viento, así que hay que buscarlo en la pista", admitió Eric Boullier en Francia. Y cuando no hay test, la búsqueda de soluciones en pista se eterniza, pero está claro que no hay otra solución cuando los datos del túnel y las simulaciones no concuerdan con la pista. Una situación que otro equipos –Ferrari sin ir más lejos– han sufrido y cuya solución no es fácil... Algunas veces requiere un nuevo túnel de viento; sobre todo en casos en las que se trabaja en túnel externo, a más de 1.000 kilómetros, como en Colonia, en el de Toyota.

Un problema que el pasado año las miserias del motor Honda escondió -o quizás neutralizó, quien sabe- hasta el punto de que en McLaren estaba persuadidos que tenían el tercer o cuarto chasis de la parrilla.

Una situación que pudo mantenerse 'camuflada' en los primeros Grandes Premios por los resultados conseguidos por Fernando Alonso. Resultados que más tenían que ver con vicisitudes y hechos de carrera que con el ritmo real del coche, y también porque algunos equipos aún no habían conseguido la puesta a punto de sus coches. El hecho de que Red Bull estuviera claramente por delante parecía un aviso, pero peor era que el equipo Renault pareciera a su altura inicialmente y ahora claramente por delante. Debieron de sonar todas las alarmas mucho antes de Barcelona.

La situación actual es clara: sin puntuar en los tres últimos Grandes Premios. Fuera de la Q3 en los dos últimos y resultados que van empeorando, como si cada Gran Premio fuera un nuevo tobogán descendente. En cada GP, el resultado parece peor que en el anterior y se iban sumando menos puntos. Sin son quintos en el Mundial de Constructores es porque aún viven de las rentas pasadas y de los problemas de Haas –Grosjean aún no ha aportado ni un punto– y Force India –falto de presupuesto para evolucionar–.

La conocida 'excusa' de que estamos mejor en ritmo de carrera que en calificación carece de sentido... simplemente porque el ritmo de carrera es ir al 80-85% de las posibilidades del coche tanto por gestión de gomas y frenos como de neumáticos.

El Gran Premio de Francia fue decepcionante en cuanto a resultados. Pero esto es 'pecata minuta', frente a los problemas graves: los problemas del coche... ¡y los del equipo!. Daily Mail reveló el descontento en el seno del equipo. Una 'garganta profunda' reveló las desavenencias graves en el equipo. El despido de Tim Goss sin tener un sustituto claro para la dirección técnica ha llevado, según la filtración, al caos. Como si los tres hombres 'intocables' que comparten las responsabilidades con Boullier y Brown: Matt Morris –jefe de ingenieros–, Simon Roberts –jefe de operaciones– y David Probym –director de operaciones– no tuvieran claro, hubieran perdido el respeto de sus subalternos cuando no pelean entre ellos intentando traspasar las responsabilidades. La filtración habla de personal que no desea asistir a las reuniones porque no sirven para nada.

Está claro que el problema técnico está en casa. Es algo que ya dijimos a mediados de abril y que no parece tener relación real con lo que en su día dijeron en McLaren: su coche era poco ambicioso. La 'rinoplastia' introducida en Barcelona no funciona; el problema de la falta de carga aerodinámica y un drag de pena parece apuntar al difusor posterior.

Está claro que lo que esperaban Alonso y los capos de McLaren, que el MCL33B que se estrenó Barcelona funcionaria, no se ha cumplido. Y en esta situación no me extrañaría que los días de Peter Prodrumou al frente de la aerodinámica tuviera los días contados.

Lo que tenemos ahora no es fruto de un error actual... sino de algo que viene gestándose desde hace tiempo, quizás una década. Enfrentamiento interno entre los grandes accionistas, dialogo de sordos, falta de inversión en medios algunos de los cuales están sobrepasados, perdida de recursos humanos, pérdida de patrocinios y ahora una cierta división interna, que no se resuelve con una caza de brujas sino trabajando en equipo, escuchando a la gente y analizando lo que dicen.

Cuando un equipo no funciona en la mayor parte de deportes se cambia de entrenador y se buscan refuerzos. Estamos pues ante una Operación Derribo y Reconstrucción, porque en la vida hay dos tipos de problemas, los que tienen solución y los que no la tienen... o mejor dicho, la tienen siempre que sea posible hacer borrón y cuenta nueva. Y eso no es. fácil.

Posiblemente el cambio al motor Renault haya empeorado la situación. Se tuvo que hacer una adaptación de urgencia. Se tienen que pagar motores que antes eran gratis. Se renuncia a la aportación financiera de Honda. Quizás 125 millones de euros de 'pasivo', un dinero que ahora debe hacer falta para trabajar en el túnel, para invertir, por más que los accionistas del equipo estén aflojando la bolsa.

El camino hasta recuperar la competitividad es largo, complicado o costoso. No estamos hablando de una reorganización o remodelación del equipo sino de una reconstrucción, casi de una refundación. Y eso es un trabajo de cuatro o cinco temporadas... si se dispone de fondos suficientes. Si no, más dura será aún la caída.

Si quieres leer más noticias como ésta visita nuestro Flipboard