La realidad de Elkann y Vigna: sustituir a Binotto ni es tan sencillo ni es un juego virtual

"Te vas, sí, pero no ahora", deben haberle dicho al constatar, casi con horror imagino, que esto no es ni fútbol ni un juego virtual.

Elkann, que siempre ha tenido un ojo sobre la 'Juve', una de las joyas del imperio familiar Agnelli, ha podido comprobar que la sustitución de Binotto no es como la de un entrenador, fichar a un jugador o incluso sustituir a un Consejo de Administración, como ha tenido que hacer hace apenas 12 horas en la Juve.

Vigna, director ejecutivo de Ferrari, cuyo pasado está en el mundo de los microchips y vinculado a la videoconsola Nintendo entre otros, que éste es el mundo real y que la F1 tiene sus cosas peculiares, resulta un tanto endogámica.

Marco Mattiacci, exjefe de Ferrari, estaba presente en Abu Dabi y seguro que recordó tiempos pasados y sonrió para sus adentros. Salvando las diferencias, la situación me recuerda a la que este año ha vivido Hyundai, tras la marcha de Andrea Adamo y la interinidad de Julien Moncet a cargo del equipo del Mundial de Rallies que se ha prolongado toda la temporada.

Desde que en 2014 comenzó la 'era híbrida', no es que Ferrari no haya conquistado ningún título. Es que se han sucedido cinco jefes… ha habido más movimiento que en Renault/Alpine.

Ambos se han dado cuenta de que sustituir a Mattia es algo más que cambiar el 'Team Principal' y que Benedetto Vigna no podía asumir, ni siquiera interinamente, su rol y mucho menos ahora.

Binotto oficialmente no era director técnico. Inicialmente asumió las dos responsabilidades, director técnico y team principal, pero después debió asumir que las responsabilidades eran excesivas. Después no nombró a otro director técnico, sino que lo sustituyó por una dirección colegiada en la que en cierto modo era el árbitro/coordinador y tenía la última palabra. Y está claro que en los tiempos del límite de presupuesto las elecciones técnicas tienen un componente presupuestario a respetar que no todos los ingenieros consiguen.

Dicen que Vigna perdió la confianza en Binotto en Hungría, cuando tras la carrera le preguntó: "¿por qué eramos los únicos con gomas duras?" y se fue sin esperar respuesta. Y que Elkann, que en su día decidió prescindir de Maurizio Arrivabene porque entre el team principal y el director técnico, a la sazón Binotto, se decidió por la estabilidad técnica.

Estaba claro que en Ferrari ya no confiaban en Mattia… pero parece que tampoco habían valorado realmente la situación y la complejidad de sustituirlo, quizás esperando una reacción del técnico, que rodaran algunas cabezas para enderezar la situación.

"Ahora comienza el proceso para buscar un nuevo jefe", como si no hubieran hecho nada o por lo menos nada pensando en una inmediatez.

Pero en realidad son dos los procesos que deben poner en marcha: buscar un nuevo director técnico al mismo tiempo que el team principal. Aparentemente sólo habían pensando en esto último.

Ni uno ni otro papel son fáciles de cubrir. Para director técnico puede pensarse en una promoción interna –pese a que despertaría sus recelos entre los no ascendidos, como sucedió en McLaren con Paddy Lowe–, de ahí que hayan al menos pedido –si no exigido– a Mattia una prórroga.

No tenían otra salida. No sólo no tiene recambios disponibles sino que los posibles elegidos –salvo si se trata de promoción interna– deberían cumplir al menos seis meses de 'carencia' en sus respetivos equipos antes de comenzar a trabajar para Ferrari, especialmente si se trata de un director técnico, que difícilmente se puede improvisar.

Se enfrentan a la caza de dos personajes, porque hay pocos, muy pocos, que puedan cumplir la doble función. Sólo Ross Brawn parece en condiciones de hacerlo, pero ya ha dicho que piensa gozar de su bien ganada jubilación. En otras palabras, deben fichar y rehacer el organigrama de funcionamiento, lo que requiere su tiempo.

El problema es que el coche de 2023 está en marcha, que sólo Binotto tiene claro en qué dirección va el diseño y su marcha en este momento crucial es devastadora para el proyecto de coche del próximo año. Es imprescindible contar con Binotto para finalizar el proyecto.

Situación preocupante para los dos pilotos, Charles Leclerc y Carlos Sainz. La racha ascendente de Ferrari puede quedar interrumpida o incluso quebrarse y tener que volver a comenzar.

El problema es grave. En su día ya lo dijo Flavio Briatore: "perder un gran piloto es un problema… Pero resulta mucho más grave perder un gran ingeniero".