El vuelco de Alonso, más espectacular que dañino

Un vuelco típico de dunas en los inicios de la especial, en el kilómetro 87, que sólo le ha costado una hora. El coche quedó sobre las ruedas y pudieron seguir ipso facto, incluso antes de que llegaran los aficionados que estaban en la cresta de la duna. Pero más adelante tuvieron que parar para comprobar los daños: el parabrisas roto, dos ruedas pinchadas, el techo hundido y la suspensión y la dirección quedaron algo tocadas.

Los vuelcos típicos en las dunas se deben básicamente a dos factores: el llegar demasiado rápido a la cresta y que la duna sea más cortada de lo que pensaban. Hay que tener un equilibrio intuitivo de ambos factores.

Alonso ha llegado muy deprisa, demasiado, y al intuirlo, ha ralentizado y el Toyota se ha cruzado algo, no sabemos si por la frenada o porque Fernando ha buscado, de esta forma, ralentizar más. El Toyota casi se ha detenido, pero la inercia ha sido suficiente como para superar la cresta de costado y producirse el consiguiente vuelco.

VÍDEO: el vuelco de Alonso

Las dos vueltas de campana sobre el lateral provocan mucho menos daños que un vuelco frontal, hacia delante, que es posiblemente lo que quiso evitar Fernando; las inercias y la fuerza del impacto no son las mismas.

Ésta es la gran diferencia entre el vuelco de Fernando y el accidente que poco más tarde sufrirían en el mismo punto Roman Starikovich y Bert Heskes. Saltaron a gran velocidad rectos, volaron muchos metros y cayeron 'a plomo', sin volcar, lo que seguro que les llevó a encajar una fuerte compresión en su columna vertebral al aterrizar sobre las ruedas. El dolor en la espalda les obligó a desistir y les evacuaron en helicóptero para comprobar si tenían daños en alguna vértebra.

#Etapa10 #autos: El equipo chipriota, Autolife, queda fuera de competencia luego de que un salto y posterior caída perjudique físicamente a su conductor Roman Starikovich.

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— Somos Dakar (@SomosDakar) January 15, 2020

Es cierto que se han visto vuelcos espectaculares a menor velocidad y que han causado más daños, pero en este caso el factor duna, arena bastante suelta, actúa como amortiguador; en una pista de tierra dura los daños hubieran sido más importantes.

Ha tenido pericia y suerte la pareja española. Los daños no eran muchos, pero el tener por delante unos 450 kilómetros con el parabrisas roto y con tormenta de arena no era precisamente lo más deseable. Hubieran perdido seguramente mucho tiempo más de no haber sido neutralizada la etapa en el kilómetro 345.

Una neutralización salvadora que les permitirá llegar mucho antes de lo previsto al 'bivouac' y comenzar a reparar el coche. Es más, las asistencias rápidas habrán podido llegar al campamento mucho antes de lo previsible y eso es vital porque estamos en una etapa maratón, donde no hay asistencias, sólo se permiten las ayudas entre participantes… por eso los camiones de asistencia rápida van inscritos en la carrera de camiones.

Lo único malo, el quedar fuera del Top 10 de la general. Poco más de una hora les separa de estar entre ellos, un tiempo que será difícil de remontar en las dos etapas que quedan.

En cualquier caso, Fernando Alonso y Nani Roma han demostrado que pueden hacer un gran papel en el Dakar y que, tras esta primera experiencia, son capaces de luchar por la victoria en próximas ediciones. Nasser Al-Attiyah ya ha dicho que Fernando volverá el próximo año.