De dos a diez años para McLaren: ¿Qué pecado para tanta pena?
Parece la condena impuesta por el código penal para un determinado delito visto ya para sentencia. El juez tendrá que valorar los atenuantes –si el cambio de reglas para 2021 puede favorecer un retorno de competitividad más rápido– o bien si, por el contrario, hay agravantes, como el hecho de tener que recomponer el equipo humano y también los medios técnicos imprescindibles para ese resurgir.
La previsión de Brown sobre el tiempo necesario para que McLaren resurja puede parecer larga. "No sé si serán dos o diez años los necesarios, quizás un término medio", ha dicho. Pero es una previsión realista en una era tan tecnológica como lo actual.
En la época de los diseñadores-poetas, estos eran capaces de hacer, casi en solitario, un coche nuevo de un Gran Premio a otro, pero con la tecnología actual se requiere tiempo, mucho tiempo.
Miremos simplemente a los tres equipos que lideran el Mundial: Ferrari, Red Bull y Mercedes.
Cuando Jean Todt reorganizó el equipo, fichando a Michael Schumacher, no se fijó sólo en el piloto alemán, sino que éste impuso a sus ingenieros: Ross Brawn y Rory Byrne, que le habían dado la inesperada corona con Benetton… esa hazaña que Red Bull quiere repetir.
Necesitaron cuatro años para ganar la corona de constructores y cinco años para volver a lograr la de pilotos –hubieran sido cuatro si Schumacher no se hubiera accidentado en Gran Bretaña 1999–. Y eso que la situación de partida era mucho mejor que la de McLaren. En 1995, Ferrari había conseguido una victoria y otros diez podios.
Cuando Red Bull compró Jaguar y se hizo con Adrian Newey, necesitó cuatro años para llegar al primer nivel, cinco para conseguir las coronas… y aún la primera de ellas en lucha feroz con Fernando Alonso.
Y cuando a finales de 2010 Mercedes compró el equipo a Ross Brawn, éste necesito cinco años para llevarlo a lo más alto… pese a la corona.
Y ese es el plazo que se ha dado Renault para reconstruir su recuperado equipo, tras recomprarlo a Genii Capital o Lotus, según lo miren. Eso sí, en dos o tres años esperan poder alcanzar al pelotón de cabeza, avistar algún podio o quién sabe, alguna victoria.
El trabajo es arduo. Recomponer y recuperar el equipo humano. Armarlo tecnológicamente: túnel de viento nuevo… si no se prohíbe, simulador actualizado, el famoso banco de pruebas austriaco, etc. Emsamblarlo todo y que funcione. No es tarea de un día, ni de un mes, ni de un año. Tampoco es algo que resulte gratuito, sino que consumirá ingentes esfuerzos financieros.
¿Qué pecado para tanta pena? Quizás orgullo, prepotencia, soberbia.. batallas internas. Que más da ahora. Lo que importa es trabajar duro y reconstruir. Buscar culpables mirando diez años atrás resulta inútil, tiempo perdido.
En McLaren deben dejar de preocuparse por el esplendor perdido y hacerlo por conquistar la gloria en el futuro. Un empeño complicado, cuya consecución no está asegurada pero por el que vale pelear.
Si quieres leer más entradas de blog como ésta visita nuestro Flipboard
