Y el teatro se volvió realidad: Pole de Vettel y naufragio de Mercedes
Frótense los ojos. ¿Ya? Háganlo de nuevo. ¿Nada? No se preocupen, no es problema de su vista, ahí todo funciona bien, quizá, si se tocan un poco más abajo noten que le ha pegado un vuelco al corazón. No se preocupen, no es nada grave, es algo normal, un síntoma propio de algo que hacía demasiado que no sentíamos, de algo que echábamos de menos, de algo que es imprescindible para la buena salud de este deporte. Es la adrenalina de la Fórmula 1.
Llevamos dos años sometidos al yugo inquebrantable de Mercedes, a un dominio impecable que rara vez se resquebraja para dar la oportunidad de brillar a otros. Pues una de esas veces se ha dado en Marina Bay, un lugar de ensueño en el que estamos viviendo la mejor película de la temporada 2015. Sebastian Vettel, de nuevo, 31 carreras después, pudo volver a pasear su índice de campeón un sábado.
Las señales del terremoto inesperado en la parrilla estuvieron ahí desde el principio. No solo al comienzo de la clasificación, también el viernes. Pero una cosa es que todos pudiéramos verlas y otra bien distinta es que llegáramos a creérnoslas. Comenzamos la Q1 escépticos, esperando que el botón mágico de las flechas plateadas volviera a golpear con el mazo, sin embargo, ver a los dos Mercedes utilizar los superblandos tan pronto era para mosquearse.
Mientras, tanto Ferrari como Red Bull se ahorraban el uso de un juego de gomas rojas en la primera sesión, tomando una delantera que no dejarían y que supondría un duelo directo entre ambos equipos, en otros tiempos leyendas, por la Pole. Como hiciera ayer en los L2, Kvyat, mejor representante del RB11, volvía a liderar en la Q1 y Vettel haría lo propio en la Q2, ambos siempre adecuadamente respaldados por sus compañeros Ricciardo y Räikkönen.
Así, Vettel corta una racha de 23 victorias consecutivas los sábados de Mercedes. Es la segunda vez en dos años que un monoplaza diferente al de Brackley logra hacerse con la primera posición de la parrilla tras la Pole de Massa en Austria '14. Datos que representan la magnitud de lo conseguido por Seb. Y, ¿dónde se quedaron las flechas de plata? Hamilton quinto y Rosberg sexto, a 1.5 del SF15-T de Vettel, un resultado aceptable para cualquier equipo menos para ellos.
Y más cuando no hay un motivo aparente. Por mucho circuito lento que sea, los alemanes son conocidos por no tener pistas desfavorables y, además, corren con una unidad de potencia recién evolucionada. ¿Estará ahí el problema? Siguiendo con el repaso al Top 10, vemos a unos Williams desperezados, con Bottas ganando a Massa, y a dos presencias que hay que destacar: la de un Verstappen que siempre cumple y la de Grosjean con el poco desarrollado E23.
De hecho, ninguno de sus dos compañeros llegaron a la Q3. Maldonado cayó a la primera y Sainz en la Q2. Precisamente Carlos quizá fue el motivo de dejar a Alonso sin pisar la Q3 por primera vez en 2015. Golpeó el muro de la salida del túnel con su Toro Rosso y los restos que dejó provocaron una bandera amarilla que perjudicó a varios pilotos en su último intento. Entre ellos, Fernando perdió alguna décima que pudo haberle valido para pasar el corte.
Una pena porque las manos del asturiano se están haciendo notar, como se puede ver en las diferencias que está metiendo a Button en cada sesión. Aun así, los puntos no quedan lejos. Decepción también en Force India y en Sauber, que estuvieron lejos de sacar partido a sus mejoras. Y la primera clasificación de Rossi se saldó con una desventaja de 0.5 ante Stevens. Singapur ha traído de vuelta a la mejor Fórmula 1. Ojalá se quede hasta el final.
