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Los 5 mejores momentos F1 2019: la victoria de Leclerc en Monza

30/12/2019 13:32

El Gran Premio de Italia es poco menos que una fiesta patria para la Scuderia Ferrari, que cada septiembre se reúne con su afición en una carrera donde el fanatismo deportivo alcanza su máxima expresión. Charles Leclerc rendía en este 2019 su primera visita a Monza como piloto de Maranello, sabedor de que tenía ante él el mejor escenario posible para reivindicarse. La actuación del monegasco, que ganó tras defenderse de los dos Mercedes ante un nuevo error de pilotaje de su compañero Vettel, fue un punto de inflexión.

Leclerc ya había dejado pinceladas de su talento antes de llegar a Italia, incluida la victoria la semana anterior en Bélgica, aunque la irregularidad de su Ferrari SF90 en las pistas reviradas y los incidentes ajenos en carreras que tenía controladas —la avería de Baréin, la degradación de neumáticos de Austria— le habían impedido rematar la faena. Ése no fue el caso en Monza, un Gran Premio que dominó de principio a fin y que sirvió para que la opinión pública se volcara en masa con el joven, que pedía paso a marchas forzadas.

El joven aspirante salía desde la Pole Position, con Hamilton y Bottas a menos de una décima y Vettel cuarto tras una sesión de clasificación esperpéntica. Las reticencias de los pilotos a abrir pista en el segundo intento de Q3, circunstancia que les dejaba sin un rebufo que valía más de medio segundo, propiciaron que tan sólo Leclerc iniciara su vuelta rápida antes de que el cronómetro llegase a cero. Una anécdota simpática en un mundo que aspira al control obsesivo.

 

LOS CINCO MEJORES MOMENTOS F1 2019

5.  Vettel y Leclerc chocan en Brasil
4.  Hamilton provoca el fallo de Vettel en Canadá
3.   El primer podio de Sainz en Fórmula 1
2.  La victoria de Leclerc en Monza
Accésit Lluvia y caos en Alemania
1.  La remontada de Verstappen en Austria

 

La configuración de la parrilla dibujaba un panorama que recordaba vagamente a 2018, cuando Räikkönen perdió la victoria porque el segundo Ferrari no estuvo ahí para defenderle de las estrategias partidas de los Mercedes. Y la situación parecía seguir los mismos derroteros en 2019, pues en esta ocasión Vettel hizo un trompo en la Variante Ascari que lo apeó definitivamente de la pugna por el podio.

Leclerc estuvo acertado en la salida y defendió la primera posición, con Hamilton y Bottas pegados a su estela. Vettel cedió la cuarta posición ante Hülkenberg, aunque la recuperó con facilidad. Cuando parecía que podía presionar a Bottas para descargar a su compañero, perdió el control de su monoplaza y terminó en la escapatoria de Ascari. Regresó a la pista sin percatarse de que provocaría un toque con Lance Stroll, incidente por el que recibió un Stop&Go de diez segundos.

Con Vettel fuera de combate, las esperanzas de Ferrari se reducían tan sólo a Leclerc. El monegasco mantuvo a Hamilton a dos segundos de distancia durante todo el primer relevo. El inglés fue el primero en entrar en boxes para buscar el undercut, pero Charles paró en el siguiente giro y se mantuvo en cabeza por tan sólo seis décimas. Bottas alargó su stint para crear un offset con el neumático.

La estrategia entró en juego. Hamilton y Bottas montaron el neumático medio, pero Leclerc se decantó por el duro tras ver el rendimiento que ofrecía en el coche de Vettel, que lo había calzado tras su excursión. Esa diferencia puso a Leclerc contra las cuerdas en más de una ocasión, aunque fue crucial en tanto que el Mercedes gestionaba mejor los compuestos duros que el Ferrari, que también los desgastaba antes.

Hamilton atacó después de un coche de seguridad virtual, aprovechando que los Pirelli del Ferrari habían perdido temperatura y necesitaban más tiempo para recuperarla en tanto que eran más conservadores. Se situó a medio segundo del SF90, pero no consiguió adelantarle.

Como en Canadá con Vettel, la presión del británico hizo mella. En la vuelta 36, Leclerc se pasó de frenada en la primera chicane. Hamilton se metió en su rebufo en la Curva Grande, lo que le permitió emparejarse con él y buscar un exterior en la Roggia. Pero el inglés no contaba con que el joven le cerraría la puerta jugándose la integridad de su monoplaza y obligándole a tomar la escapatoria. Toda una tarjeta de presentación del nuevo talento de Ferrari.

Hamilton capituló, no sin antes hacer un segundo intento en la Roggia, en el que se quedó más lejos de su rival. Una circunstancia muy distinta a la vivida un año antes en el mismo escenario, cuando un ataque en la misma chicane bastó para que Vettel trompeara y perdiera definitivamente el tren del Mundial de Pilotos. Mercedes aún tenía otra baza en Valtteri Bottas, quien, con gomas más frescas y una fuerza de voluntad inquebrantable, quería intentarlo.

Bottas adelantó a Hamilton e inmediatamente trató de dar caza al líder, pero Leclerc subió el ritmo y contuvo su ofensiva. Consiguió llegar hasta su DRS, pero pequeños deslices en la Parabolica y el Rettifilo le separaron definitivamente del monegasco, a la vez que evidenciaron que Valtteri, pese a una confianza sin parangón, no era la misma amenaza que su compañero.

Leclerc cruzó la línea de meta y se dio un baño de masas en el podio más especial del año, mientras su compañero, muy cuestionado de antemano, volvía con la cola entre las piernas al box. Su triunfo era también simbólico. Era la primera victoria de un piloto de Ferrari en Monza desde la de Alonso en 2010. Los aficionados le aplaudieron y reconocieron, conscientes quizá de que tenían ante ellos a su nuevo líder.