Parad de llamarlo 'milagro', fue una historia de superhéroes
La palabra "milagro" fue una de las más repetidas anoche al ver a Grosjean sobrevivir a su fortísimo accidente en Baréin. Sin embargo, lo que ocurrió ayer tiene poco que ver con lo divino y mucho con la sangre fría que tuvo Romain y con el intenso trabajo de todos estos años atrás en seguridad.
Grosjean se fue contra las barreras tras un toque con Kvyat. El impacto, que se produjo a 212 kilómetros/hora, creó una enorme bola de fuego. La rapidez con la que actuaron los bomberos para sofocar el incendio y la sangre fría de Romain para salir de las llamas fueron las principales razones que hacen que hoy siga con nosotros, pero no las únicas.
Romain le debe su vida al halo, como bien explicó en sus primeras palabras tras el accidente. Sin él, probablemente no seguiría aquí. Es por eso que lo de ayer tiene poco de milagro y sólo se puede explicar por el trabajo incansable de la FIA en materia de seguridad. Esto mismo argumentaba hoy el expiloto de Fórmula 1 Lucas di Grassi:
"Parad de llamarlo 'milagro'. Confunde a la gente. La razón por la que Grosjean está vivo se llama ciencia y trabajo duro de muchos ingenieros, médicos y del órgano regulatorio para hacer los deportes de motor más seguros y del equipo de rescate", ha compartido el piloto brasileño.
Que el accidente fuera justo tras la salida aceleró el rescate. Romain tuvo la suerte de que el coche médico seguía al pelotón. En los 26 segundos de terror en los que tardó en completarse el rescate, fueron claves el delegado médico de la FIA, Ian James –que se echó a las llamas en busca de Grosjean con la cara prácticamente descubierta– y apresuró a los bomberos a apagar las llamas con urgencia.
Como se ve en el vídeo –en el que se cronometra el rescate–, fueron dos los bomberos que colaboraron en la extinción del incendio. Quizás el que saltó la valla y ayudó desde la zona del incendio pasó desapercibido ayer. Y es que no todos los hérores llevan capa, como recuerda la mujer de Romain. Los bomberos, el personal médico del circuito, los comisarios, la FIA, Grosjean... todos ellos son los superhéroes de esta historia.
"Una vez que hemos dicho las palabras urgentes, las palabras útiles, para proteger a nuestros hijos, las otras nos faltan. Afortunadamente, los escudos del amor salvan a los superhéroes", compartía aliviada la mujer de Romain tras el susto.
