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Cómo demostrar al mundo que aún estás entre los mejores... sin obtener recompensa

20/06/2022 17:25

Fernando Alonso realizó un fin de semana excelente en el Gran Premio de Canadá, pero por una serie de factores no obtuvo la recompensa que merecía. Demostró, eso sí, que aún está entre los mejores pilotos de Fórmula 1, y no hay que ser un ‘lince’ para percatarse de ello.

La actuación de Fernando, sobre todo en la clasificación del sábado, me recordó inmediatamente a aquella famosa frase del codirector de esta cabecera, Antonio Lobato. "Al menos sabemos que el día que el ‘samurái’ tenga una buena espada... nadie podrá derrotarle", dijo Antonio allá por el año 2012.

Ni siquiera hizo falta la mejor espada… ni la segunda, ni la tercera. Sólo necesitó la aparición de la lluvia en un trazado complicado como el canadiense y el que probablemente era el cuarto mejor coche –al menos eso parecía en manos de Esteban Ocon– para llevarlo hasta la segunda posición en la clasificación del sábado.

No hay que olvidar que Ferrari y Red Bull corren en otra liga este año, y que Mercedes está asentado cómodamente como tercer mejor equipo de la parrilla, un paso por delante de un grupo medio en el que Alpine quiere llevar la voz cantante si la fiabilidad lo permite.

Sí, es cierto que Charles Leclerc arrastraba sanciones y su clasificación fue un trámite, así como Sergio Pérez tuvo un accidente en la Q2 y ello daba oportunidades a los del grupo medio, pero la actuación de Alonso con el Alpine en la clasificación fue espectacular.

Y no fue casualidad. Después de haber liderado los Libres 3, el asturiano fue segundo en la Q1, segundo en la Q2 y segundo en la Q3. Con un Alpine que en seco estaba lejos de Ferrari o Red Bull, batió a Carlos Sainz y a los Mercedes para colarse en la primera línea junto a Max Verstappen.

Dos datos resumieron muy bien la clasificación de Alonso: sacó casi un segundo al Mercedes de Lewis Hamilton… ¡y más de un segundo y medio a su compañero de equipo! Además, como demostró el domingo con su buen ritmo, no necesitó precisamente una configuración enfocada a la lluvia para la jornada del sábado.

Con Fernando partiendo desde la primera línea, era imposible no soñar con el podio. Sainz no tardó en hacer valer la superioridad del Ferrari para adelantar a su compatriota, pero Alonso sorprendió al poder mantenerse durante varias vueltas en distancia de DRS con Carlos e incluso podía abrir algo de hueco con Hamilton.

Lo que más me sorprendió fue el ritmo inicial de Fernando. Tengo que admitir que el sábado, con la clasificación en marcha, llegué a pensar que había ‘sacrificado’ su domingo con una configuración para condiciones de mojado, pero en las primeras ocho vueltas de la carrera ya tenía nueve segundos sobre Esteban Ocon y sacaba casi dos segundos a Lewis Hamilton.

El destino, sin embargo, no quiso estar en el bando de Alonso esta vez. Otra vez. Un primer coche de seguridad virtual en la vuelta ocho dio alas a Lewis Hamilton para ganar tiempo en su pit-stop, pero lo peor vendría doce vueltas después, con otro VSC que benefició a todos sus rivales… menos a él, ya que estaba justo en la recta de meta.

Si nos fijamos en el margen que tenía Fernando Alonso sobre Esteban Ocon en la vuelta 19, justo antes del segundo VSC, era de doce segundos. Y sí, es cierto que salía más retrasado y tenía algo de tráfico al principio, pero tras deshacerse de Kevin Magnussen –bandera negra y naranja– rodaba con pista limpia y la ‘sangría’ continuaba respecto a Fernando.

Cuando Esteban Ocon hace su pit-stop para colocar neumáticos duros, cae a 23 segundos de su compañero de equipo en la vuelta 21. La pérdida de tiempo había sido menor gracias al VSC, pero Alonso aún estaba a tiempo de parar y salir por delante de Esteban.

Desde el muro de Alpine, no obstante, prefirieron alargar ese primer ‘stint’ para tener gomas más frescas al final de la carrera y, para más inri, Fernando empezó a tener problemas mecánicos en su unidad de potencia y perdía alrededor de un segundo por vuelta.

A partir de ahí, una vez hecho su pit-stop en la vuelta 29, su carrera estaba condenada a tener que seguir la estela de un Esteban Ocon que, aunque muchos no dudaron en saltar a su cuello por redes sociales, se ofreció a darle DRS para que Fernando pudiera mantener detrás al resto del grupo. Buen gesto.

Al final, Alonso terminó séptimo… pero las cosas siempre pueden ir a peor. En una de las maniobras defensivas ante Valtteri Bottas, el asturiano hizo varios cambios de dirección y los comisarios no dudaron en imponerle una sanción de cinco segundos, lo que significaba caer a la novena plaza y perder otros cuatro puntos.

Es decir, lo que empezó como un día de ‘fiesta’ y con posibilidades de podio para Fernando en caso de haber tenido un poco de fortuna, se convirtió en un ‘infierno’ gracias a unas inoportunas apariciones del VSC, una avería y una polémica sanción. Es la manera que tiene Alonso de demostrar al mundo que aún está entre los mejores… pero sin obtener recompensa.