La nueva patente de Mazda: motor rotativo electrificado para un coche de propulsión

El Mazda RX-8 fue el último modelo de producción de la marca japonesa en utilizar el motor rotativo, siempre y cuando no se tenga en cuenta la disposición de esta tecnología en la variante de rango extendido del MX-30. El deportivo dejó de fabricarse en 2012, y desde entonces se ha especulado con un posible sucesor. Éste bien podría llevar la configuración mecánica que muestra la última patente de Mazda en Europa. Rotativo, electrificado y de propulsión.

Si Mazda quiere lanzar un modelo de tintes deportivos, la electrificación es totalmente necesaria, sea o no la parte térmica rotativa. La normativa de emisiones es cada vez más restrictiva en Europa y este movimiento se antoja obligado. También puede decantarse por el hidrógeno, algo con lo que Mazda ya ha hecho pruebas de la mano del motor rotativo, pero en esta ocasión los tiros no van por ahí. Tampoco con combustibles alternativos. La patente habla de un motor rotativo convencional apoyado en un sistema 'mild-hybrid' de 48 voltios.

Esta patente, que en realidad es una más de una serie de las que ha presentado el fabricante recientemente en la Oficina de Patentes Europea, no tiene forzosamente que acabar aplicada a un futuro coche de producción. Sin embargo, que Mazda contemple algo así alimenta la esperanza de quien espera un sucesor para el RX-8.

En el caso de que la tecnología patentada llegue a la carretera se daría otra peculiaridad, y es que este motor sería el primero de la marca en utilizar tres rotores desde que lo hiciera el Mazda Cosmo en la década de los '90. Sea como sea, lo que está claro es que Mazda sigue fiel a su filosofía, esa que le hace parecer que nada siempre a contracorriente.