Verstappen quita alerón para tratar de remontar en Rusia

Verstappen se quejó el viernes de que su Red Bull estaba falto de velocidad punta, que le costaba adelantar a coches más lentos. Llevaba una configuración de máxima carga, quizás en previsión de la meteorología.

Pero al salir último y verse obligado a ganar posiciones lo más rápido posible, optará por una configuración de baja carga para ganar la máxima velocidad punta y evitar perder tiempo detrás de otros coches. Ahí queda el recuerdo del tapón que Fernando Alonso ejerció sobre Lewis Hamilton en Hungría, por ejemplo.

Una configuración de un cierto riesgo, porque en las zonas lentas puede pagarlo caro, pero imprescindible, sobre todo después de que Bottas salga tan atrasado.

En realidad, la decisión de Mercedes de cambiar el motor a Bottas para parar a Verstappen no tiene tanto que ver con el uso de un motor fresco como con el hecho de detener al holandés en los compases iniciales de la carrera, frenar la remontada de entrada, aunque de que puede entre en juego la táctica la estrategia de los cambios de gomas.

Si Max pierde terreno de entrada con los de cabeza, difícilmente podrá intentar alcanzar a los Norris, Sainz o Russell, incluso a los Aston Martin. Llegar al Top 5 puede ser complicado para él.

En todo este juego táctico entra, aunque sea de forma involuntaria, Charles Leclerc. Si el monegasco contiene a Max en las primeras vueltas y ambos alcanzan a Bottas, el tapón que sufre el piloto de Red Bull puede ser muy difícil de descorchas.

Todo esto se habrá probado mil y una veces esta noche en simulaciones. Ahora habrá que ver si esta teoría se cumple en la práctica.