Spectre Type 10: Mini parece, deportivo de 230 caballos es

Si Renault hizo un R5 Turbo a partir del Renault 5 'de calle', ¿por qué no hacer lo mismo con el Mini? Parece una idea surgido de tarde perezosa de 'bar y birras', pero a los fundadores de la canadiense de Spectre Vehicles Desing, de Vancouver, les sonó como un desafío o, como dicen ahora en redes sociales, un reto viral. El resultado es el Spectre Type 10.

En el fondo el reto era algo no completamente descabellado en unos tiempos en el que los juguetes exclusivos para mayores de bolsillo sobrado, los 'restomod', se han convertido en signo de estatus y de admiración ajenas. El pequeño Mini de los años '60 es un icono. Una de las grandes obras maestras de la ingeniería moderna. En Gran Bretaña se ofrecen diversas posibilidades 'restomod' recurriendo a motorizaciones eléctricas, al popular tricilíndrico 1.0 Ecoboost de Ford o bien a motores de moto de origen Honda o Suzuki. Pero los chicos de Vancover querían ir más lejos, mucho más lejos, aunque eso representara que el pequeño coche pudiera salir por más de 150.000 euros.

Lo único que aprovechan del Mini original es la carrocería. Todo lo demás es nuevo, sobre todo en la zona trasera donde los paneles laterales han tenido que incorporar una entrada de aire y la tapa del maletero original alberga asimismo la salida del escape. Las suspensiones originales son sustituidas por unas independientes con brazos tirados de esquema 'multitubular'… porque debe poder dejar pasar los palieres.

Para motorizar al Spectre Type 10 recurren a un motor Honda… pero no de motocicleta, sino el cuatro cilindros de 2.0 litros K20, que ofrece 230 caballos de serie, combinado con un cambio de seis marchas. Y lo ubican a espaldas de los dos asientos delanteros, en posición transversal. “Nos pareció que el coche necesitaba más potencia”, explicaron desde la marca.

Como la estética se quería conservar prácticamente intacta –salvo los detalles que hemos citado anteriormente– se han mantenido las llantas de 10 pulgadas directamente inspiradas en las Minilite que eran obligadas en cualquier preparación de los años '60 sobre Mini. Son más anchas que en el Mini original, porque la potencia y prestaciones son obviamente mucho más elevadas que en él. No hay problema porque los pasos de rueda reciben unos aletines discretos, a la imagen de los Cooper de competición. Y por supuesto se ha trabajado en los frenos, adoptando cuatro discos con pinzas de cuatro pistones.

Si el exterior es decididamente retro, el interior es moderno y absolutamente minimalista, inspirado en las típicas casas japoneses, pero que mezcla estilos muy diversos, pero indiscutiblemente con sabor a Mini y con un salpicadero que dicen se inspira en Gaudi. Unos asientos que pueden estar recubiertos de piel negra, con una 'funda' inspirada en Monica Belluci, dice su diseñador, mientras que las albombrillas recuerdan a un tatami. Por cierto, el habitáculo tiene un arco de seguridad tapizado en cuero para que no se note. Posiblemente no sólo sea por cuestión de seguridad sino como refuerzo de la carrocería.

No se habla de peso –pero no nos extrañaría que estuviera sobre los 850 kilos– ni de prestaciones. Pero si pesa eso con un motor de de 230 caballos, no cabe duda de que estas deben ser muy importantes. Y si la aerodinámica no es muy buena, la sección frontal es mínima y lo compensa con creces. El coche se ha presentado esta semana al público en Pebble Beach.