Coches que tomaron el nombre de un piloto de Fórmula 1 – 2ª Parte

En la primera parte de esta lista recordábamos varios modelos que tomaban prestado su nombre de grandes pilotos muy reconocidos dentro de la Fórmula 1. Pero, como se suele decir, ''son todos los que están, pero no están todos los que son''.

Por ello, hemos reservado para una segunda parte algunos modelos, tal vez no tan sonados, pero que también comparten nombre con algunos miembros más ilustres que han pasado por la máxima categoría del automovilismo.

BRABHAM BT62

Jack Brabham tiene el honroso logro de ser, hasta el momento, el único piloto en haber ganado un mundial de Fórmula 1 con un coche que llevaba su propio nombre. Su hijo, David Brabham, siguió los pasos de su padre y también llegó a ser piloto de Fórmula 1 y a ganar en Le Mans. En 2018, tras mucho esfuerzo, logró fundar una compañía con su propio nombre en la ciudad de Adelaida, Australia, cuyo primer fruto fue el BT62.

El BT62 es un vehículo orientado a competición, en cuyo punto de mira se encuentra el McLaren Senna. Cuenta con un motor V8 de aspiración y 5.4 litros capaz de desarrollar 710 caballos y un peso por debajo de la tonelada. Su trabajada aerodinámica le permite generar hasta 1.200 kilos de carga a elevadas velocidades, por lo que no es extraño que el equipo se haya marcado como objetivo tomar parte en la edición 2021 de las 24 Horas de Le Mans.

La producción está limitada a 70 unidades a un precio de 1,2 millones de euros, en el que no solo entra el valor del coche, sino un curso de pilotaje para sacar el mayor partido al juguete. La firma, además, ofrece también la posibilidad de matricularlo para calle en el Reino Unido.

PININFARINA FITTIPALDI EF7

Saltamos desde el mundo real al virtual, porque este modelo con el sobrenombre del campeón brasileño fue un desarrollo orientado a formar parte de la parrilla digital de Gran Turismo Sport. No obstante se construyó una maqueta a escala real que se presentó en el Salón de Ginebra de 2017 y que hizo su periplo por otras exhibiciones, como el Festival de la Velocidad de Goodwood. Su diseño corrió a cargo de Pininfarina, su ingeniería por parte de HWA, departamento de competición de Mercedes-Benz y a la cabeza de todo ello, el propio Emerson Fittipaldi.

Desde el momento de su presentación, los planes pasaban por ir más allá y llevarlo a las calles bajo la marca del propio piloto, Fittipaldi Motors, en una tirada limitada a 39 unidades, en conmemoración del total de sus victorias tanto en Fórmula 1 como en Indycar. El corazón sería un motor V8 de aspiración natural con no menos de 600 caballos montado en posición central y, junto con la caja de cambios, montado lo más bajo posible para obtener un reparto de 48 / 52. Además, para contener ese peso, toda la carrocería sería fabricada en fibra de carbono y tanto su color como el interior estarían completamente personalizados por el cliente, que recibiría además unas clases magistrales de parte del propio Fittipaldi.

Pero, ¿por qué cada una de las partes descritas anteriormente iba precedida de un condicional? Lo cierto es que desde su presentación, poco más se ha sabido sobre los avances de este proyecto. Esperaban arrancar la producción en primavera de 2018, pero no fue así. De todas formas, tal vez dentro de unos meses recibamos noticias de que el proyecto sigue adelante.

AUDI NUVOLARI CONCEPT

Como se puede apreciar en la imagen, el Nuvolari Concept precedía al Audi A5 de producción que vería la luz cuatro años más tarde que este prototipo, en 2007. Presentaba muchos de los rasgos estéticos que las berlinas de la marca mostrarían en los años venideros y, a diferencia de lo que es regla, el prototipo no solo era funcional, sino que pudo ser probado por varios medios especializados.

El Nuvolari era un 2+2 con una carrocería de dos puertas y un capó bastante alargado. Rendía tributo a Tazio Nuvolari, piloto que cosechó 61 victorias durante los 30 años que estuvo en competición antes de la Segunda Guerra Mundial y del que se le recuerda a los mandos de los Auto Union. Lo motorizaba un V10 biturbo de 5.0 litros con 600 caballos y 750 Newton metro de par disponibles desde las 2.000 vueltas, predecesor de los vistos en el R8. Transmitía esta potencia mediante la tracción Quattro a través de una caja de cambios Tiptronic automática con función manual a través de las levas.

BUGATTI CHIRON

Sí, el hypercar con mayúsculas también toma el nombre prestado de un piloto legendario, en este caso de Louis Chiron, quien pilotó para Bugatti cuando ésta todavía tomaba parte en las carreras, como la Fórmula 1 –aunque por aquel entonces no presentaba este nombre– o las 24 Horas de Le Mans.

Qué se puede decir del automóvil que lleva su nombre: motor W16 de 8.0 litros con cuatro turbos, 1.500 caballos, velocidad punta limitada a 420 kilómetros/hora en los modelos básicos y un precio de partida sin impuestos de 2,8 millones de euros. Tras su presentación en 2016 y al igual que su predecesor, el Veyron, cuenta con variantes especiales, la última el Pur Sport, más orientado al dinamismo de conducción que a la velocidad pura en formato de Gran Turismo.

Su producción está limitada a 500 unidades, de las que más de la mitad ya están producidas. El futuro de esta saga de hypercars también está asegurado a raíz de unas declaraciones de su CEO, Stephan Winkelmann, en las que asegura que preservará su mecánica W16.