Los exoesqueletos llegan a la fábrica de Audi en Ingolstadt

Los empleados en cuestión están destinados a la línea de ensamblaje, el taller de pintura y la zona de construcción de herramientas. Su día a día inevitablemente requiere de un esfuerzo físico, pero es aquí donde entran en juego los exoesqueletos, que permiten reducir la carga y así ofrecer un beneficio en materia de salud y bienestar.

Los exoesqueletos se prueban en actividades estéticas y dinámicas, como son la instalación de las líneas de freno, el atornillado de los paneles de la parte inferior de la carrocería y en la protección y sellado contra la corrosión. No es el primer test de esta índole, pues la marca ya trabaja en este campo desde hace cuatro años y también ha efectuado pruebas similares en su planta de Györ, en Hungría.

Los modelos examinados son el Paexo de Ottobock y el Skelex 360 de Skelex. Ambos tienen un funcionamiento similar. Se cargan en la espalda como si fueran una mochila y se aseguran con un cinturón alrededor de las caderas. Posee dos escudos que sostienen los brazos cuando el usuario trabaja por encima de la altura de su cuerpo, lo que permite descargar de peso los hombros y redirigirlo a las caderas. Es todo mecánico, pues no disponen de ningún sistema motorizado.

"Nuestros empleados son nuestro activo más importante. Al reducir constantemente la carga en las estaciones de trabajo podemos mejorar su salud y bienestar", ha dicho Peter Kössler, director de producción y logística. "Las nuevas tecnologías como los exoesqueletos, con las que conseguimos que la producción sea cada vez más progresiva, también contribuyen a ello".

Ralph Hensel, especialista de exoesqueletos de Audi, explica que "el enfoque principal siempre es el beneficio ergonómico, la comodidad de uso y la reducción de la carga para nuestros empleados. Nuestro objetivo es implementar exoesqueletos a largo plazo y en lugares cruzados en estaciones de trabajo predeterminadas y específicamente seleccionadas".