Alfa Romeo desvela por qué Kubica no descorchó el champán en Canadá 2008

Lo más destacado de esta historia es que en la ceremonia del podio, Kubica olvidó descorchar su botella de champán, y por consecuencia no se desparramó ni un litro de ella. Esa es la única botella de las 27 que tiene Sauber en la que el corcho todavía continúa en pie. Esa botella se muestra con orgullo en la sede del equipo en Hinwil.

La historia no se quedó ahí ya que a raíz de esa victoria hubo una disputa entre Sauber y su suministrador de motores en aquel momento, BMW, ambos querían la botella para quedarse con el recuerdo y fueron los alemanes los que finalmente se la llevaron a su museo de Munich. Sauber suplicó y suplicó pero no logró recuperar la botella. Lo que sí logró fue una réplica que produjo la Fórmula 1 para ellos, que se muestra a día de hoy en Suiza.

En su día decideron entregar este precioso recuerdo a sus socios. Eso es lo que hicieron, con mucha magnanimidad y estilo. Tienen el objetivo de seguir construyendo más grandes recuerdos en el futuro pero ese es el trofeo que guardan de aquella gran prueba. De ahí en adelante lo han llamado –el que ni siquiera les dimos un olfato-.

Es la gran historia del equipo Sauber, que muestra el lado más humano de la Fórmula 1. Esta es una de las historias que cuentan a los empleados que recién han llegado a la fábrica, aunque eso tampoco es del todo cierto.