Así ha evolucionado el Audi A4 durante sus 25 años de historia

Es cierto que la primera generación del Audi A4 llegó al mercado en enero de 1995, pero fue en 1994 cuando se presentó al público como modelo llamado a sustituir al Audi 80, un modelo con bastante éxito pero que necesitaba una profunda remodelación. Audi subió el listón de inmediato y, sobre la plataforma del Volkswagen Passat, logró vender 272.052 unidades en su primer año de comercialización. Con el código interno de B5, estuvo en el mercado hasta 2001, con un ligero rediseño en 1997 y elementos mecánicos tan interesantes como el motor 1.8 turbo o el cambio secuencial Tiptronic derivado del Porsche 911.

Pero en 2001, como decíamos, llegaría la segunda generación, que supuso un rediseño casi total del modelo, especialmente en la parte trasera. Sin perder la elegancia de su predecesor, el B6 mantenía alguna de las motorizaciones anteriores, introducía el cambio Multitronic y un motor V6 de 3.0 litros y 220 caballos que convertía al sedán en un vehículo con comportamiento muy deportivo. Estuvo en el mercado hasta el año 2005.

Ese año llegaría la tercera generación, que sentó las bases estilísticas que todavía hoy pueden leerse en el actual A4. Y es que el B7 se caracterizó por su sobriedad de líneas y una elegancia casi atemporal. Introdujo en su gama los motores de gasolina 2.0 TFSI de 200 caballos o el 3.2 V6 FSI de 255 caballos, en una época en la que en los circuitos, la marca dominaba Le Mans y estaba a punto de hacerlo con los motores diésel. E incluso se lanzó una edición especial DTM con el 2.0 TFSI incrementado a 220 caballos. Fue un modelo tan efectivo, que cuando fue sustituido, su base se pasó a SEAT para producir el Exeo, un coche que era un A4 en todo menos en el nombre, y que misteriosamente no tuvo un gran éxito. Eso ocurrió en 2008, cuando el nuevo A4 llegó al mercado.

Se trataba de la versión B8, presentada en el Salón de Frankfurt de 2007, y en el exterior era una evolución estética del anterior modelo, con ciertos refinamientos y un carácter más anguloso y deportivo, pero que bebían claramente de lo que había sido un modelo redondo como el anterior. En el plano de motores, el V6 se desató hasta unos impresionantes 333 caballos, cifras de deportivo de alto rendimiento en la vestimenta de un apacible y muy cómodo sedán. Siguió siendo un éxito comercial, pero siguiendo con la tónica de la marca, no duró mucho en el mercado: en 2015 llegaría la actual gama del Audi A4, el B9, que en 2018 ha comercializado 344.586 unidades.

“Durante un cuarto de siglo, el A4 ha simbolizado los cuatro aros como ningún otro modelo. Es sinónimo de tecnología de vanguardia en el segmento de las berlinas compactas premium, y también destaca por las innovadoras tecnologías aplicadas en su proceso de producción. El Audi A4 es uno de los pilares principales para la factoría de Ingolstadt. El compromiso y la pasión que muestran los empleados por nuestra marca han sido, y continúan siendo, la fuerza que impulsa la impresionante historia de éxito del A4”, explica Albert Mayer, Director de la fábrica de Audi en Ingolstadt.

Por su parte, Peter Mosch, Presidente del Comité de Empresa de Audi AG, considera que: “El A4 es un símbolo del éxito de Audi como marca. Nuestros compañeros han hecho que esto sea posible durante los últimos 25 años, a base de mucha dedicación y compromiso. Este es un gran logro, del que los miembros del Comité de Empresa estamos muy orgullosos, y me gustaría felicitar a todos los involucrados”.

Cinco generaciones y 25 años de éxito. Hoy en día, 1 de cada 5 Audi que se venden es un A4, lo que da sobrada muestra de la referencia que en el seno de la firma de Ingolstadt es este modelo, que en países como China, Estados Unidos o Alemania es uno de los preferidos dentro del segmento. Y, lo que es mejor todavía, no da síntomas de agotamiento entre los clientes. Es lo que tiene ser una referencia.