Hace 50 años, en Spa, McLaren logró su primera victoria

Aquí, hace 50 años, Bruce McLaren firmó su cuarta y última victoria en Gran Premio. Una victoria muy especial porque fue la primera de los coches papaya. También porque fue la carrera más rápida de la historia de la F1 hasta aquel momento.

Una victoria, además, inesperada, tanto que Bruce McLaren no la celebró al cruzar la meta. "Pensé, bueno, segundo no está mal”. Fue un mecánico de Pedro Rodríguez, piloto de BRM, el que acudió a felicitarle. "¡Pero no lo sabes! Has ganado. Eres primero", le dijo y tuvo que explicarle que Jackie Stewart, el líder antes de iniciarse la última vuelta, había tenido que entrar en boxes antes de afrontar la última vuelta para cargar unos litros de combustible en su Matra. McLaren no lo vio y desde boxes no tuvieron tiempo de comunicárselo, de poner el 'P1' en la pizarra, por eso no sabía que había ganado.

Fue la primera victoria del M7A, diseñado por Robin Herd, pero el ingeniero dejó el equipo para fundar March, de forma que fue Gordon Copkut el que acabó de desarrollarlo.

A nadie le sorprendió mucho que Bruce ganara. El nuevo M7A estaba por hecho para un buen motor, el Cosworth. Se acabaron los devaneos con diversos motores de fortuna del primer año –Ford V8 derivado del motor de Indy, Serenissima o un Climax– para un coche privado, o el BRM V12 de 1967… que se empleó en el primer GP de 1968, el GP de Suráfrica, a primeros de enero.

Pero el M7A era otra cosa. Comenzó ganando la Carrera de Campeones en Brands Hatch y doblete en el Trofeo Internacional de Silverstone, antes de debutar en el Mundial. Bruce abandonó en España, pero Hulme dio el aviso: fue segundo. En Mónaco Bruce destrozó el coche y Hulme acabó a siete vueltas y quinto, uno de esos raros Grandes Premios en los que no acabaron ni seis coches. 

En Spa, Hulme luchó durante media carrera con Stewart por la victoria; llegó a superarlo en dos ocasiones, pero debió abandonar por un problema de transmisión. Inicialmente Amon, de Ferrari, había sido el primer líder, para verse superado por Surtess, de Honda, pero ambos abandonaron en el primer tercio de carrera.

Fue una victoria que además vino acompañada de un récord: el GP más rápido de la historia hasta aquel momento. La media de McLaren fue de 236,797 kmilómetros/hora. Aquel mismo año en Monza se batió el récord del GP de Italia, pero sólo fueron 234 kilómetros/hora de promedio.

El GP de Bélgica también fue importante por otro detalle ese año. Es cierto, algún pequeño spoiler delantero ya había aparecido y en ocasiones se habían probado incipientes proyectos de ala posterior o capós inclinados. Pero aquí fue el evento en el que Chris Amon estrenó la primera auténtica ala, no sobre la transmisión, sino prácticamente encima el motor. No sólo la probó, sino que estaba tan contento con ella que la mantuvo para la carrera; su Pole en 3'28''6 le permitieron relegar a Jackie Stewart a 3''7. Fue una edición con muchos abandonos, pero eso era normal en la época.

Las posibilidades de celebrar ese cincuentenario con una victoria parece imposible, incluso el podio parece fuera del alcance de Fernando Alonso y Stoffel Vandoorne… salvo que haya una debacle. 

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