El día que murió Jim Clark

No me ha gustado nunca visitar ni tumbas ni monumentos que recuerdan accidentes fatales. Ni siquiera lo he hecho en el cementerio de Morumbi en Sao Paulo, donde reposan los restos de Ayrton Senna, y eso que cuando iba al GP de Brasil pasaba por la Marginal Tiete o Pinheiros, una es prolongación de la otra, a pocos metros del lugar.

Clark no murió en un GP de Alemania, sino en una carrera de Fórmula 2. Por entonces era habitual ver a los ases de la F1 correr en F2 con el mismo equipo de la categoría reina, como el caso de Jim Clark. Y sobre la F2 no se diluía la sombra de la F2, como ahora cuando está relegada a un papel de comparsa en los GP. Y muchas veces había más inscritos que plazas en la parrilla, lo que obligaba a eliminar a los pilotos sobrantes en los entrenamientos.

El lugar de los hechos está marcado con una gran placa conmemorativa. Pero ya antes de que la pusieran había ahí permanentemente un ramo de flores frescas. Allí, en pleno bosque, en la rapidísima porción abandonada desde hace unos años, cuando se hizo el ahora tradicional circuito en 2002. 

Hacía falta valor para llegar a plena velocidad a la Ostkurve tras una cuasi recta a derechas que superaba casi los dos kilómetros. Y después había otra recta de casi dos kilómetros. Hockenheim era, con Monza, el trazado más rápido del Mundial. Sólo tras el accidente mortal de Patrick Depailler en 1981 se instauraron dos chicanes, una en cada recta.

El accidente de Jim no tuvo mucha explicación. El coche quedó destrozado, motor y tren trasero por un lado, monocasco abierto por otro, al parecer tras dos o tres vueltas de campana. Nunca se supo si había sido un problema mecánico, un pinchazo u otra causa, porque nadie lo vio. Se llegó a decir que Clark quiso evitar a alguien que cruzaba la pista… pero nunca pudo confirmarse. Como tampoco nunca se supo quien ponía las flores, aunque se decía que era una 'novia' que tenía Clark, un hombre cuya vida privada era realmente privada.

Para mí, el recuerdo no se esculpe en placas de mármol o se funde en broce, sino que está en la mente y en el corazón. Y el recuerdo del accidente de Clark lo tengo muy presente.  Y no quiero hacer de esto una biografía, que José Miguel 'Chemi' Vinuesa ya hizo en SoyMotor.com una excepcional el 7 de abril de 2015.

Me impactó mucho la noticia. Tanto que tuve que detenerme en Montjuic sobre una bala de paja y derramar unas lágrimas mientras intentaba decirme que era imposible, que no había entendido bien el aviso de megafonía.

Una semana antes había estado en Montjuic extasiándome con su pilotaje durante los entrenamientos. Fue en el III G.P. de Barcelona de Fórmula 2, en el que Jim salió desde la primera fila entre Jackie Stewart (Matra) y Jochen Rindt (Brabham). Para mí, pese a los ases, lo más relevante de la carrera fue el debut de dos preciosos Lola T100 azul marino de la Escudería Nacional CS en manos de Àlex Soler Roig y Jorge de Bagration.

Lo de Clark en la carrera barcelonesa fue visto o no visto, ya que en ese primer giro colisionó con Jacky Ickx, que estrenaba un Ferrari Dino. Como ven, no sólo los pilotos de Fórmula 1 sino también los equipos estaban presentes en la Fórmula 2. 

Aquel año había tenido ocasión de ver a Jim y a otros ases en su 'obligada' visita al Pub Renault, un pub que estaba de moda y que debía su nombre a que estaba ubicado en un concesionario Renault en lo más céntrico de Barcelona, Roselló entre Balmes y Rambla Catalunya.

Yo estaba en el Circuito de Montjuic ese día. De nuevo. El RACC había aceptado la solicitud del Club 600 y, en lugar de desmontar las instalaciones del GP de Barcelona, las mantuvo una semana más para celebrar las 6 Horas de Resistencia, que se adjudicaron Paco Godia y Brian Muir sobre un Ford GT40 negro con John Fitzpatrick y Alan Rollinson (Porsche 910) en segundo lugar. Tenía ganas de ver a Fitzpatrick; era un 'ídolo' desde que el año anterior le vi ganar las primeras 6 Horas acompañado por Trevos Taylor sobre un pequeño pero agilísimo Ford Anglia Broadspeed.

El accidente de Clark ocurrió a las 12:20 del mediodía, pero en el Montjuic nada supimos hasta que finalizaron las 6 Horas, momento en el que el locutor, con voz gangosa y desencajada, anunció por megafonía la fatal nueva. Nunca lo olvidaré.

Eran otros tiempos. Mundo Deportivo dedicó al GP de Barcelona la portada del lunes, compartida no con fútbol sino con el GP de España de Motocross, que se había celebrado el mismo día en Santa Coloma de Gramanet. Los aficionados del motor tuvieron que elegir ese fin de semana. Y en el interior, nada menos que 10 o 12 páginas dedicadas a ambos acontecimientos.

Y el lunes 8, tras el accidente de Clark, Mundo Deportico dedicó también la portada a la Fórmula 2, todo de los restos destrozados del coche de Clark, pero también una foto de la carrera en la que salía el piloto. Es cierto, también había una zona dedicada al partido del domingo de los 'Pericos', pero no se calentaban motores para el Barça-Madrid del día siguiente.