La aleta de tiburón gana enteros para quedarse en 2018

La normativa técnica de 2017 vio el retorno de un elemento que Adrian Newey popularizó a finales de la última década, una extensión de la capa motor que cumplía -y cumple- un propósito aerodinámico.

La Federación no tardó en reaccionar y en abril se acordó un paquete de limitaciones para revisar el Reglamento de cara al curso 2018. Pero ahora la situación ha cambiado.

Desde el GP de España, los equipos están obligados a incorporar el dorsal y el nombre de sus pilotos en una zona visible de sus monoplazas. La aleta de tiburón es el emplazamiento ideal. Prescindir de ella, por tanto, les costará espacio a sus patrocinadores.

"Es posible que la aleta de tiburón todavía esté con nosotros", ha dicho recientemente Andy Green, director técnico de Force India, en declaraciones reproducidas por el portal F1i.com.

"Están estudiando volver a cambiar las reglas para recuperar las aletas de tiburón, porque los equipos se han dado cuenta de que les quita espacio para patrocinadores".

Los que sí que se suprimirán serán el T-Wing y el monkey-seat. Este último puede generar carga aerodinámica a partir de los gases del escape.

"Pienso que a la FIA le preocupaba que los equipos empezasen a utilizar mapas motor para darle energía a ese alerón. Querían asegurarse de que el camino estaba cerrado, de que todo el mundo estaba de acuerdo. Hubo un acuerdo unánime entre todos los equipos de que no queremos ir por ese camino".