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Citroën C4 2017: el preferido de los españoles y con razón

Repasamos la historia del compacto más popular de España y sus principales ventajas

Ante su competencia en el segmento, el C4 aumenta su equipamiento sin subir su precio

Ahora cuenta con más conectividad y asistentes desde 17.250 euros en su acabado Live Edition

Javier Montoro

09 Ago 2017 - 19:40

Tras una década de éxito con el Xsara, Citroën quiso mantener su apuesta en el segmento C con un hatchback que fuese, revolucionario por su tecnología a la vez que llamativo y garboso por su diseño. No obstante, su precio de venta debía mantenerse en el escalón de acceso a los compactos generalistas. Así, en 2004, la firma francesa lanzó su propuesta que, a mucha honra, consiguió el segundo puesto en el certamen del Coche de Año en Europa, el C4.

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Inicialmente y hasta 2010, cuando ceso la producción de su primera generación, el C4 se ofrecía en tres formatos, de 3, 4 y 5 puertas, que, a diferencia de sus competidores, eran fáciles de identificar. Su lateral y su zaga, especialmente en su carrocería más corta, causaron verdadero furor entre los más jóvenes, y más aún si se trataba de un VTS, su versión más deportiva e inspirada en el mundo del rally –coche con el que Sébastien Loeb compitió durante varias temporadas–.

Citroën C4 MK1 de 3 puertas (2004-2010)

Con la nueva generación del Citroën C4, las cosas han ido todavía mejor para la marca del chevrón que, en España especialmente, ha sido uno de los 3 modelos más vendidos durante los últimos tres años. Sin embargo, mientras que el nuevo C3 heredó parte de la esencia deportiva del Xsara y el C4 MK1, el nuevo compacto dejó de recibir esta influencia y se presentó con una única carrocería de 5 puertas en pro de unos menores costes de producción.

A pesar de este cambio de rumbo, el C4 II se ha presenvado como la gallina de los huevos de oro para el fabricante galo, hasta el punto de tener que ampliar su producción para dar respuesta a la extensa demanda europea, pero especialmente de los países del arco mediterraneo. En cualquier caso, la marca Premium de Citroën, DS, estrenó poco tiempo después una versión más deportiva sobre este modelo: el DS4.

En los años posteriores, la gama C4 se amplió con un crossover de pequeño tamaño apellidado AirCross y un automóvil difícilmente ubicable en los segmentos que conocemos hasta ahora, el Cactus, un vehículo con una filosofía claramente experimental, aunque más bien campera y orientada al mundo de los SUV, pese a no dejar de ser un compacto ligeramente más elevado y un diseño cuanto menos extraño, aunque no se ha vendido nada mal.

Asimismo, el C4 sirve de sobrenombre para uno de los monovolúmenes más famosos del Viejo Continente, el Picasso, que emplea nada menos que el Cuerpo de Policía Nacional de nuestro país en su versión corta, ya que existe un C4 Picasso de batalla larga con 7 plazas focalizado en las familias numerosas, pese a que comparte la misma plataforma y propulsores con el modelo original. También es uno de los modelos más vendidos en territorio español.

Citroën C4 Picasso de la Policía Nacional

Los rivales de C4 convencional no son pocos: el Seat León, el Renault Mégane o el Ford Focus le pisan los talones, pero el Citroën sigue siendo la punta de lanza en uno de los estadios más competitivos de esta industria. Además, recientemente ha renovado su gama con más equipamiento de serie y un mayor nivel de conectividad sin que aumente su precio, lo cual suma virtudes a su confort de marcha, habitabilidad y seguridad, tres de sus mayores argumentos de venta.

Por ejemplo, en el segundo acabado más básico, llamado Live Edition, el C4 ya incorpora climatizador automático bizona, sensor de encendido automático de luces y limpiaparabrisas, sensores de aparcamiento, pantalla táctil en alta resolución de 7 pulgadas y la tecnología Mirror Screen, que permite usar de forma segura las aplicaciones de nuestro teléfono mientras conducimos. Todo esto y mucho más por 17.250 euros.

En los acabados superiores, el coche cuenta con la función Citroën Connect Box, que ofrece llamada de emergencia y asistencia localizadas por GPS, que se suma a un sinfín de asistentes de conducción como el sensor de ángulo muerto, alerta de cambio involuntario de carril o el control de crucero, entre otros. También se puede instalar techo panorámico, faros bi-xenón direccionables con LED diurnos y llantas de aluminio de hasta 18 pulgadas, aunque todos ellos vienen de fábrica con el acabado Shine, tope de gama.

Pero las bazas del C4 no acaban ahí. Las medidas del C4, 4,32 metros de longitud por 1,78 metros de anchura, hacen que sea uno de los coches más grandes de su categoría –6 centímetros más que, por ejemplo, un Volkswagen Golf– sin que esto suponga un inconveniente a la hora de aparcar, donde también destaca su maniobrabilidad. Así, la distancia para las piernas en las plazas traseras es excelente y su maletero, de 408 litros, es uno de los más voluminosos de su segmento.

Por último, su mecánica, tanto si escogemos un propulsor Diesel como uno de gasolina, es fundamentalmente eficiente, con consumos que en ningún caso superan los 5 litros por cada 100 kilómetros –reales–, lo que en combinación de un depósito de 60 litros, permiten que su ordenador a bordo indique autonomías cercanas a los 1000 kilómetros incluso en su versión de explosión más prestacional: 1.2 PureTech de 130 caballos y tres cilindros.

En este sentido, existen cuatro motores con dos potencias para cada tipo de combustible: un BlueHDI de 100 o 120 caballos y un PureTech de 110 o 130, aunque sólo los más potentes de cada bloque pueden acoplarse a una caja de cambios automática EAT de 6 velocidades, ya que de serie equipa una transmisión manual con el mismo número de relaciones que le ha valido muchos elogios y, entre otras razones, la hegemonía del parque móvil ibérico.