Clarkson, Montezemolo y el Ferrari 348

La debilidad de Clarkson por los Ferrari –o “Fezza”, como él los llama– es conocida. Como su ironía, a veces fina y a veces más gruesa, ya estaba presente en este vídeo de cuando probó una de las últimas creaciones de Maranello por aquellas fechas: el 348.

Creado en 1989, combinaba la estética del Testarossa con una visión del que sería el futuro 355. El coche no era en absoluto feo, y sus proporciones eran muy armoniosas, algo que no se podía decir de su contemporáneo Mondial. Con su motor V8 de 3.4 litros, de ahí el nombre, entregaba 300 caballos.

Soy propietario
de este coche
de mierda

Pero Clarkson le saca defectos por todos lados. La dirección, el cambio, el espacio para el árbol de Navidad. Y la verdad es que no fue un gran Ferrari, salvo por la estética, obra de Fioravanti para Pininfarina. De hecho, el que sería presidente de Ferrari, Luca Cordero di Montezemolo, se regaló uno amarillo como premio por el buen resultado organizativo del Mundial de fútbol de Italia ’90. Pero un día, en un semáforo de Roma, un Volkswagen Golf GTI negro que le superó en los primeros metros sin problemas. De modo que nada más entrar a Maranello, mientras le presentaban las instalaciones, pidió que le hablaran de la 348. Todo eran maravillas: mejor aceleración, gran potencia, etc. Montezemolo la cortó en seco: “señores, yo soy propietario de este coche de mierda, que hace ruido pero no se mueve.” Hizo probarla a Niki Lauda y dijo lo mismo. Así que el presidente pidió cambios radicales, y en 1993 se presentó una versión mejorada. Pero el fruto de sus exigencias fue la excelente 355.

El 348. Un hermoso Ferrari, de rendimiento impropio para la marca. Clarkson y Montezemolo están de acuerdo. Pero no deja de ser un Ferrari, y en el mercado de segunda mano ronda los 60.000 euros.