España ha perdido una de cada tres matriculaciones desde 2019

El mercado español ha perdido una de cada tres matriculaciones desde el comienzo de la pandemia. Las 1.258.260 unidades que se registraron en 2019 parecen hoy en día un espejismo.

Los datos de 2022 también empeoran los de 2020 –851.211– y 2021 –859.477– en el contexto de una crisis de suministros y una situación general de inflación que no contribuye a la recuperación de la industria.

Para agravar las cosas, en diciembre de 2022 hubo una caída del 14,1% que truncó una racha de cuatro meses seguidos de crecimiento. De hecho, las patronales calculaban cerrar el ejercicio con 830.000 vehículos.

La guerra en Ucrania, el aumento de los costes energéticos y de carburantes, el incremento de la inflación y de los tipos de interés han afectado de lleno a la industria automovilística.

Las patronales remarcan que "las dificultades en el transporte de vehículos a los concesionarios han provocado que miles de automóviles permanezcan parados en los puertos y campas, retrasando su entrega a los compradores".

El canal de las empresas crece un 4,1% hasta llegar a las 348.144 matriculaciones. El de los particulares baja un módico 1,7% y se queda en 366.364. Más grave es la situación de las alquiladoras, que cae a plomo –35,1%– hasta quedarse en 98.888.

Los vehículos comerciales ligeros terminan el año en números rojos –21,3%– con 119.506 unidades. Los industriales y autobuses suben un 13,8% y alcanzan los 25.911 vehículos.

"2022 ha sido un año en el que el mercado ha vuelto a quedar por debajo de las previsiones", ha dicho Félix García, director de Comunicación y Márketing de ANFAC. "La crisis de los semiconductores se vio profundamente agravada por factores exógenos como la guerra de Ucrania o los confinamientos por la política de Covid Cero de China".

"Además de la crisis económica con alza de precios energéticos, inflación y tipos de interés, la tormenta perfecta se ha completado con estos cuellos de botella en los transportes marítimo y por carretera. Todo ello hace que 2022 vuelva a quedar por debajo de las previsiones y nos deja un escenario desfavorable para 2023".

Desde FACONAUTO, su director de Comunicación comparte el mismo diagnóstico. "El año pasado, el mercado no ha podido cambiar su tendencia negativa debido sobre todo a los persistentes cuellos de botella en el aprovisionamiento de vehículos, lo que ha condicionado mucho la actividad de los concesionarios. Además, la subida en el precio de los combustibles y de los propios vehículos han sido circunstancias que han influido negativamente. Y en el trasfondo, un contexto en el que la inflación, el incremento de los tipos de interés y la incertidumbre de los hogares han erosionado la capacidad de consumo. Los concesionarios han visto agravada esta situación en el último tramo del ejercicio, cuando el mercado ha reflejado una clara caída de la demanda".

La directora de Comunicación de GANVAM, Tania Puche, tampoco es optimista. "El año ha sido más complicado en cuanto a matriculaciones que el anterior y prácticamente, tenemos que retroceder hasta 2011 para ver unos volúmenes parecidos. En este tercer ejercicio seguido en negativo, en el que se han registrado unas 400.000 unidades menos que antes de la pandemia, la falta de oferta ha hecho mella en el mercado y todo apunta a que, aunque con menor intensidad, lo seguirá haciendo en 2023, con el riesgo que supone para el empleo y la competitividad del sector".

PREVISIÓN DE CRECIMIENTO PARA 2023

Las patronales asumen que la incertidumbre económica actual se mantendrá en los próximos meses y a lo largo de todo 2023, pero aun así vislumbran un ligero crecimiento.

La patronal de los concesionarios oficiales, FACONAUTO, incluso cree posible acercarse al millón de unidades.

"La incertidumbre con la que cerramos 2022 nos impide vislumbrar un cambio para este 2023. Manejamos dos escenarios: un crecimiento escueto del 5%, es decir, 870.000 unidades, al que habría que sumar un 10% adicional si se solucionan los cuellos de botella en la producción, con lo que nos iríamos a 960.000 unidades. Ninguna de las dos previsiones es una buena noticia, porque estamos muy lejos de las cifras que veíamos antes de la pandemia".

La patronal de los fabricantes, ANFAC, remarca que "todo dependerá de si termina el conflicto en Ucrania y se normaliza la cadena logística para que se puedan entregar más vehículos nuevos. Ayudará también a sumar nuevas matriculaciones que el Gobierno acelere las medidas para impulsar los puntos de recarga rápida y las ayudas directas para vehículos electrificados. Con un mercado por debajo del millón de unidades existe un riesgo real de pérdida de inversiones y empleo".