La Diosa de Cadillac vuelve 60 años después

La Diosa de Cadillac coronó el capó motor de la mayoría de coches de la marca entre los años 1930 y 1956, y había estado en completo desuso desde 1959.

63 años después de aquello, Cadillac la ha recuperado para adornar el nuevo y eléctrico Celestiq en un esfuerzo por proyectarse al futuro poniendo en valor su pasado.

Ésta no es la única marca que adopta una estrategia parecida. En Europa conocemos bien casos como el de Renault, que recuperará el R5 y el R4 para la era eléctrica, o el de las marcas del grupo Stellantis, con firmas como Citroën o Peugeot que han cambiado su logotipo por diseños antiguos.

Tristemente, el retorno de la Diosa de Cadillac es comedido, al menos de momento. No la veremos en el capó del Celestiq, sino en una placa situada en las puertas y en un control giratorio que permite gestionar el sistema de infoentretenimiento.

La Diosa también está presente en la toma de carga del coche. En este caso está retroiluminada.

"El Celestiq es el principio del futuro de Cadillac y representa la innovación artística que la marca está aportando a los vehículos eléctricos de lujo", ha dicho Bryan Nesbitt, director de Cadillac Design.

"Queríamos que este buque insignia eléctrico encapsulara la historia de la marca de una forma realmente relevante, con la Diosa como representación y cúspide del saber hacer de Cadillac".

El Cadillac Celestiq es un sedán completamente eléctrico con un máximo de 483 kilómetros de autonomía. Se presentó este pasado mes de octubre y la previsión es que entre en producción a finales de 2023 con vista a unas entregas que no arrancarán hasta 2024. Su precio se situará por encima de los 300.000 dólares.