¿Pudo ganar Max Verstappen el GP de Brasil sin la bandera roja?

El domingo 3 de noviembre Verstappen le dio un golpe de efecto al Mundial 2024 con su primera victoria en más de cuatro meses, desde el GP de España. El vigente campeón del mundo cuajó una remontada casi insólita, desde la decimoséptima posición a la primera, con la que dejó a Lando Norris tocado y hundido en su objetivo de darle caza y hacerse con el título.

Ese domingo tan ajetreado empezó con Norris saliendo desde la Pole y con Verstappen en la novena fila de parrilla, aunque con la ventaja de que ya iba a ganar dos posiciones gracias a los abandonos de Lance Stroll y Alexander Albon antes de empezar. El británico lo tenía todo de cara para meterse de lleno en la lucha por el Mundial, pero nada salió como le hubiese gustado.

Sin desmerecer la actuación de Max, su victoria habría sido imposible si Norris hubiera mantenido la primera posición en la salida, pero por séptima vez este año, el joven británico cedió el liderato, esta vez ante George Russell, en la primera curva. A partir de ahí, se quedó atascado detrás del Mercedes mientras que Verstappen seguía escalando en la tabla con adelantamientos realmente meritorios en una pista que estaba muy complicada.

Verstappen para la vuelta 11, hizo la salvajada de ganar 11 posiciones, una por vuelta, aunque ayudado por los dos abandonos previos citados anteriormente. El líder del Mundial llegó a la sexta plaza y se quedó detrás de Charles Leclerc hasta la vuelta 25, cuando el monegasco optó por parar para un nuevo juego de intermedios.

Poco después, llegaron los incidentes en una carrera que estaba siendo bastante tranquila visto el estado de la pista. Nico Hülkenberg tuvo que detener su Haas en la escapatoria de la curva 3 y provocó un VSC que aprovecharon varios pilotos para hacer su parada, entre ellos, Norris y Russell. Esto dejó a Esteban Ocon en cabeza, con Verstappen segundo, justo detrás de él.

No por el incidente de Hülkenberg, sino que por la fuerte lluvia, Dirección de Carrera sacó el coche de seguridad y detrás del mismo, Franco Colapinto perdió el control de su Williams y se fue directo contra las barreras, provocando así una bandera roja. Cambiar neumáticos está permitido dentro de ese periodo y eso le vino de perlas a Alpine y Verstappen para poner intermedios nuevos y estar en una posición de privilegio para el resto de la carrera.

En el lado contrario, tenemos a Russell y Norris. El de Mercedes ya había insistido en no parar por la alta probabilidad de bandera roja que había y estaba en lo cierto. Cayó al quinto lugar cuando la acción se reanudó y ahí perdió toda opción de victoria. Verstappen fue quien triunfó, sólo adelantando a Ocon y mostrando un ritmo en aire limpio descomunal con el que dejó claro que era justo vencedor de este GP de Brasil.

Entramos ahora en un escenario alternativo. ¿Qué hubiese pasado si no hubiéramos tenido bandera roja? Calculemos que la acción se reanudaba en la vuelta 35 y que el accidente de Carlos Sainz también ocurre, al igual que el adelantamiento de Verstappen a Ocon en la resalida del coche de seguridad. Max, de cualquier forma, se hubiese tirado como un león en esa frenada y habría tirado a muerte para intentar abrir el máximo hueco posible.

Ese adelantamiento a Ocon era crucial de una forma o de otra, ya que en caso de no completarlo, era imposible ganar esa carrera. Con el francés ya atrás, la variable es que Russell, con unos neumáticos más frescos, podría haber pasado a los dos Alpine, pero por problemas de visibilidad hubiesen sido necesarias unas ocho vueltas, siete en el mejor de los casos.

Con Verstappen tirando en aire limpio y Russell habiendo perdido entre 13 y 15 segundos detrás de los Alpine, hacia la vuelta 58 de 69, Max habría entrado a parar, por precaución, visto que ya saldría delante de Norris, su máximo rival. Esto dejaba al de Red Bull 10 segundos por detrás de George, después de una pérdida de 23 en la calle de boxes.

En este escenario, también habría que mencionar la variable de si Lando Norris cometiera o no ese error en la resalida que le hizo perder posición con Charles Leclerc y por ende, comprometiera su carrera por completo. En caso de no haberlo hecho, podría haber seguido el camino de Russell con los Alpine, aunque bien es cierto que al McLaren le estaba costando una barbaridad adelantar en pista, como ya se vio con Oscar Piastri.

Con ruedas 20 vueltas más frescas, Verstappen habría ido con todo a por Russell. En aire limpio al principio de la carrera, Max era ocho décimas más rápido que George y por ende, con neumáticos más jóvenes, le habría metido más de un segundo por vuelta. Por ese motivo, sí que hubiese sido posible llegar y adelantar al británico y por ende, ganar la carrera, siempre y cuando tengamos en cuenta esta variable.

En este tipo de casos siempre tenemos el famoso ‘what if?’. Podría haber sucedido que Max se viera obligado a parar antes por degradación de neumáticos o que los Alpine hicieran lo propio y dejasen aire limpio a Russell. O sino también que el propio Verstappen hubiese firmado la segunda plaza y no atacado a George por temor a un cero cuando estaba por delante de Norris en carrera y eso ya era importante en clave Mundial.

Bandera roja sí, bandera roja no, escenarios alternativos… de una forma o de otra, el domingo 3 de noviembre presenciamos una actuación histórica por parte de uno de los pilotos llamados a marcar una época en la Fórmula 1 como Verstappen. Un pilotaje de leyenda como el de Ayrton Senna en Donington 1993, el de Michael Schumacher en Barcelona 1996, el de Fernando Alonso en Hungría 2006 o el de Lewis Hamilton en Silverstone 2008.

Es evidente que la bandera roja juega un papel determinante en la victoria final de Max, pero antes, con sus adelantamientos que nadie más pudo hacer en una pista tan difícil y después, con ese estratosférico ritmo en aire limpio, dejó claro que nadie más que él se merecía ganar el GP de Brasil. Además es una victoria crucial en clave título, con la que se acerca a su cuarta corona, que podría sellar ya de hecho en el GP de Las Vegas.