Barcelona se llenará de coches clásicos e históricos para conmemorar los 110 años de la Copa Tibidabo

Allí, más de 250 vehículos, entre motos y coches clásicos e históricos –de entre 1900 y 1975–, además de algunos ejemplares únicos, se congregarán para conmemorar los 110 años de la Copa Tibidabo, la primera gran competición automovilística internacional disputada en la Ciudad Condal, y quizás también en España.

Este homenaje ha sido organizado por la Asociación de Vecinos de la Avenida Tibidabo. En su día, esta emblemática vía albergó las mansiones de grandes familias barcelonesas, algunas de las cuales han sido reconvertidas a otros usos, recordando un pasado que merece ser preservado.

La avenida, creada por el Doctor Andreu y que unía Barcelona con el funicular que llevaba hasta el parque de atracciones del Tibidabo, ya había presenciado “carreras” antes, aunque de down cars: vehículos sin motor, impulsados únicamente por la gravedad y en sentido descendente.

La carrera partía desde el Hotel La Rotonda –hoy centro médico– hasta el pie del funicular. Iniciaba con una recta de más de un kilómetro, seguida de un tramo sinuoso con curvas largas y amplias, incluida una curva de derechas de 180º, en la que había que tener especial cuidado con las vías del tranvía.

Un detalle particular es que la salida era lanzada: los coches tenían 200 metros de impulso antes de que se activara el cronómetro. La carrera contó con un invitado especial: el equipo oficial Benz, con Franz Horner y su mecánico Fritz Erle al volante de un Benz de 200 CV, quienes habían ganado una carrera en cuesta en Praga el domingo anterior.

“La Copa Tibidabo, celebrada en 1914, fue un éxito de participación y de público. Estas carreras, junto a pruebas de otras disciplinas como el ciclismo, el atletismo, el fútbol o el boxeo, muy popular en su época, contribuyeron a crear el carácter deportivo que hoy tiene Barcelona y su experiencia en la organización de grandes eventos”, declaró Xavier Pérez, Director General del RACC, quien organizó la prueba después de haber descartado una carrera de kilómetro lanzado en la calle Muntaner o la Subida a La Rabassada, donde en aquella época se encontraba un casino frecuentado por la alta sociedad.

Massuger, con el famoso Hispano Suiza ‘La Sardina’, marcó un tiempo de 53 segundos, un cronometraje excepcional. Clement, quien partía último, lo superó con un tiempo de 52,4 segundos, y comentó que en la curva más larga, la de 180º, entró un poco desviado porque atropelló un perro unos metros antes.

En realidad, faltaba todavía un coche: el Clement de Emile Grúa, con “solo” 160 CV pero más ligero, no pudo salir a tiempo por un problema técnico (una bujía) y, cuando finalmente partió, se retrasó tanto que hubo que esperar a que el público despejara la calzada. Grúa completó el recorrido en 52,4 segundos, resultando en un empate difícil de discernir.

“La Avenida Tibidabo es uno de los grandes patrimonios de la ciudad de Barcelona. Hace 110 años, el RACC ya existía y organizó uno de los primeros grandes eventos de motor en Cataluña y España. Estoy convencido de que el nueve de noviembre será un gran día de fiesta, y miles de personas disfrutarán de este museo al aire libre”, expresó Jaime Alguersuari, ex piloto de motos, editor y promotor de las World Series, además de vicepresidente de la Asociación de Vecinos.

De 9 de la mañana a 2 de la tarde, los asistentes podrán contemplar estos vehículos en la zona que va desde la Plaza Kennedy hasta la Ronda de Dalt, antes de subir, si lo desean, hasta lo alto del Tibidabo en el funicular, que será gratuito. También habrá exposición de fotos de la época, actuación musical y Castellers.