El R5 es el Mini de Renault pero mucho más barato y ya está listo para triunfar

UN DISEÑO ‘CHIC’ QUE MIRA A LAS PREMIUM

En la calle, el diseño recuerda más a modelos premium que al diseño 'raro' de ‘otro eléctrico más’. La gente lo mira, lo fotografía, curiosea a su alrededor, observa los llamativos colores: genera expectación y gusta. Gusta mucho, y eso es importante, porque una de las barreras que tienen los eléctricos es que el diseño no ha sido siempre el mejor del mercado –y el propio Renault Zoe es un buen ejemplo–. Este R5 es el coche más llamativo de su clase, sea gasolina, híbrido o eléctrico, y eso ya atraerá muchas ventas, y además es de cinco puertas, una ventaja importantísima frente a los mencionados Mini y Fiat 500, que ahora también son eléctricos.

A nivel técnico el coche no defrauda, y con 3,92 metros tiene un tamaño urbano, motor y tracción delanteros y 150 caballos de potencia y, en esta primera versión, batería de 52 kilovatios hora con 410 kilómetros de autonomía homologada. Recarga a 100 kilovatios en corriente continua y 11 en alterna, que es mucho, y podemos tanto enchufar elementos a la batería principal del coche –Vehicle 2 load– como usar esta como almacenaje de energía doméstico para devolver la energía a la red –vehicle to grid–. A esta primera versión se va a sumar otra más barata con 40 kilovatios hora de batería por 27.200 euros de precio base, con 120 caballos de potencia, y otra más, con solo 95 caballos y carga solo en corriente alterna.

MÁS BARATO DE LO QUE PARECE

El precio inicial es de 31.500 euros para la versión Techno, con 2.000 euros más para el Iconic. Como buen coche aspiracional, tiene muchas opciones, pero incluso intentando equipar a tope nuestro coche en el configurador, el máximo al que hemos llegado son 36.650 euros, que es una cantidad elevada para un coche urbano y lejos de ser 'popular', pero con las ofertas actuales –1.400 euros de descuento–, si descontamos los 7.000 euros de Ayudas del MOVES, las del IRPF, etcétera, podemos estar en torno a los 30.000 euros en versión tope de gama. Si en cambio elegimos el modelo Techno, de 31.500 euros –con la misma mecánica– y aplicamos las ofertas, nos quedamos en 24.500 euros, un precio ya muy competitivo si tenemos en cuenta los ahorros de combustible y revisiones que tienen los eléctricos. Si esperamos al R5 de 25.000 euros, el coche nos saldría por 18.000 euros, lo que cuesta hoy en día un Clio, por ejemplo. En cuanto a cuotas de lanzamientos, el R5 se ofrece con una entrada de 11.000 euros por 155 euros al mes.

¡EN MARCHA!

Pero vamos, por fin, a conducirlo, y lo primero es entrar en un ambiente de mucha más calidad que cualquier otro coche urbano. Cada detalle de relojes, pantallas, volante o asientos nos traslada a un universo mejor que el de, por ejemplo, un Renault Clio, que ya es muy buen coche, pero que no transmite este efecto ‘wow’ que tiene el R5. El volante, del Mégane eléctrico trae una de sus pegas: las tres palancas en la parte derecha, que controlan cambio de marchas, limpiaparabrisas y el equipo de audio. No es grave, pero hay que acostumbrarse, y además hemos perdido, y es una pena, las levas para frenar y regenerar energía, algo que aquí se deja solo para el pedal del freno. De hecho el volante es de buena calidad, pero también algo grande.

En marcha destaca por el confort y la insonorización. A pesar de las grandes llantas de 18 pulgadas, el ruido de rodadura es muy bajo, y es porque la marca ha incorporado un parabrisas con refuerzo acústico en su lámina central y una batería mejor aislada del resto del coche. El consumo es bajo: en nuestro recorrido está marcando unos 18 kilovatios hora cada 100 kilómetros, a pesar de la autovía, la lluvia y algunas pendientes. La homologación es de 15 kilovatios hora. En el volante, el botón 'Multisense' nos permite cambiar los modos de conducción y ambientes, y aunque es algo lento en este cambio, cuando llegamos al modo sport podemos acelerar de 0 a 100 en 8 segundos. La velocidad máxima está limitada a 150 kilómetros/hora… todo sea por mantener la autonomía en un límite razonable.

LLEGAN LAS CURVAS, ¿ES DIVERTIDO?

La lluvia es intensa y salimos de la autovía en dirección a las carreteras de curvas de los alrededores de Grasse, la capital mundial del perfume… y el origen de algunos tramos del Rallye de Montecarlo. El coche tiene aplomo y es divertido en los trazados revirados. Enlaza muy bien las curvas ayudado por un eje trasero multibrazo que es la primera vez que lo vemos en un coche de 3,92 metros de largo. No pesa mucho, y la tara está por debajo de los 1.500 kilos a pesar de los 300 que pesa la batería, y el resultado es un coche dinámico, aunque no sea un modelo para 'ir de tramo' cometido que se deja para el Alpine A290 con esta misma plataforma.

Volvemos a la ciudad y nos gusta lo que vemos en el interior de esta versión Iconic de alta gama: colorido, buen diseño y unas funcionalidades de Google muy adecuadas. Los mapas se ven muy bien en el cuadro de relojes, no solo en la pantalla central. El cuadro es fácil de entender, con guarismos grandes, buena respuesta a las órdenes vocales y las ventajas de Google: nos indica en cada trayecto con cuánta batería llegaremos, si es necesario cargar en el camino y, en ese caso, cuánto tiempo pararemos, una opción de 650 euros que vale la pena incorporar al coche.

UN ESPACIO NO TAN GRANDE

Llegan las malas noticias, y es que las plazas traseras son pequeñas, más de lo esperado, y no hay ni salidas de aire ni agarraderas ni tampoco un techo solar que alivie con luz un ambiente al que le falta, al menos, unos centímetros de longitud y anchura. Los niños irán bien, los mayores, no tanto. El maletero es correcto: 326 litros más 27 para los cables, suficientes para el día a día. Y, aunque no hay maletero delantero, la marca permite poner una bola de remolque desmontable –527 euros– y también un soporte para bicis al mismo precio, y tiene una capacidad de arrastre de 500 kilos.

¿REVOLUCIONARIO?

¿Es el Renault 5 el Mini de Renault? Creemos que sí en lo que se refiere a diseño y atractivo, pero no en cuanto a precio. Renault no puede, ni debe, vender coches caros, porque tiene que vender muchos Renault 5 para rebajar su promedio de emisiones, lo que empuja al R5: bonito, con buena mecánica, competitivo en precio y con ventajas frente a sus rivales, a ser un superventas. ¿Puede cambiar la movilidad eléctrica en Europa? No por sí mismo, pero sí con todos los coches eléctricos que llegan entre 25.000 y 35.000 euros: Renault 5, el Fiat Panda y el Citroën C3, a los que sumar los Skoda Elroq o Kia EV3. Así que, ¿estamos ante una revolución eléctrica urbana? Sí, y sospechamos que el R5 puede ser uno de los líderes de ventas eléctricos en Europa, un coche bonito y urbano que va muy bien en carretera y del que es muy fácil enamorarse.