¿Combustibles renovables? Probamos el Diesel de Repsol hecho con aceites reciclados

Así que nos fuimos a Madrid, a la sede de la empresa española, para coger las llaves de un Opel Grandland Diesel con el que comprobar el funcionamiento de estos combustibles, aunque antes toca conocerlos a fondo porque, ¿por qué se llaman renovables estos combustibles?

Repsol está intentando reducir la huella de carbono no solo de sus trabajos, sino de los combustibles que pone en el mercado. Para ello hay una fórmula ya conocida, pero que ahora se puede aplicar de forma industrial: convertir desechos en combustible apto para la automoción. ¿Cómo? por procesos en los que se consiguen las mismas moléculas químicas que tienen los hidrocarburos pero utilizando tanto aceites usados como desechos orgánicos, principalmente de poda, ya que en Europa están prohibidas las plantaciones para biocombustibles. Con estos procesos ya en funcionamiento Repsol está preparando dos plantas de producción de alto rendimiento: Puertollano, en Ciudad Real, y Cartagena, en Murcia, donde convertirán toneladas de basura y aceites en productos químicos capaces de ser combustibles.

En el caso de los combustibles renovables, el elemento principal es el aceite usado en diferentes procesos industriales: desde cocinas hasta otras industrias, un aceite que antes se desechaba y que ahora es captado por los operadores para convertirlo en combustibles renovables, añadiendo los elementos químicos necesarios para que, en el motor, se comporte como si fuera gasóleo o gasolina de extracción petrolífera. No es ciencia ficción, y de hecho el pasado año pilotamos un Fórmula 4 en circuito impulsado por combustibles renovables de la firma española.

Con este proceso se consiguen emisiones neutras, ya que las emisiones del escape, similares a las de los combustibles del petróleo, se compensan con el dióxido de carbono que capturan las plantas utilizadas durante su crecimiento, de modo que en el cómputo global, el resultado en emisiones sea cero. Esto nos deja con emisiones en las ciudades, pero con una fórmula muy útil en carretera.

Con la teoría aprendida, vamos a la práctica, y tomamos el Opel Grandland 1.5 turbodiesel, casi de estreno, totalmente repostado para salir a la autovía. No notamos nada raro, y aunque Repsol nos dice que pierde algo de prestaciones y sube mínimamente el consumo, lo cierto es que, al no haber llevado el coche con combustible diésel convencional, no notamos ningún cambio. Nuestro trayecto se produce sin mayor novedad, pero como hace mucho que no probábamos un diesel, nos sorprende recorrer 380 kilómetros con menos de medio depósito.

Una vez en destino –Valencia– nuestro equipo necesita volver a Madrid por un tema de trabajo, así que ofrecemos nuestro Grandland y repostamos este nuevo combustible. Todavía no está en todas las gasolineras, pero va creciendo: primero el renovable diésel, y en el futuro también la gasolina renovable. Los clientes son, principalmente, camiones de empresas que están reduciendo su huella de carbono dentro de las soluciones de Responsabilidad Social Corporativa, y la verdad es que nos alegra que los camiones, que aún no pueden renunciar a los motores diésel, apuesten ya por combustibles que reducen, de una manera u otra, las emisiones.

En el trayecto el consumo es razonable: menos de 5,4 litros cada cien kilómetros, y los compañeros que van hasta Madrid se sorprenden al ir y volver con un solo depósito, un tipo de uso que no podemos hacer con un motor híbrido o con un eléctrico. Tras unos días por ciudad, nuestro último repostaje es en la carretera, y el resultado es el esperado: cero cambios en la conducción frente a un motor diésel convencional. Un coste de combustible un poco más caro –10 céntimos por litro– y unas emisiones globales ‘cero’. ¿Vale la pena? Si queremos reducir nuestro impacto medioambiental o el de nuestra empresa y los híbridos enchufables o eléctricos todavía no cumplen con el uso al que nos dedicamos, es la alternativa más razonable.

¿Podemos usarlo en nuestro coche? Repsol asegura que todos los diésel pueden usarlo, así que es cuestión de probarlo. ¿Reduce las emisiones? Por el momento la reducción de emisiones está vinculada a los catalizadores del coche y por tanto, no este combustible no las reduce en la combustión, sino que las compensa en le proceso de generación del mismo, pero conforme avancen los catalizadores, y la Euro7 está a la vuelta de la esquina, estos combustibles renovables tendrán aún más sentido, ya que sumarán a la reducción de emisiones de los vehículos la captura de dióxido de carbono que realizan las plantas utilizadas para su creación. De momento su uso nos parece recomendable.