Desgranamos los nuevos V8 híbridos de Lamborghini y Bentley

Todavía queda un largo recorrido para las mecánicas de combustión, sobre todo para marcas de coches prestacionales como son Lamborghini y Bentley. A pesar de ello, los tiempos y la técnica evolucionan y deben de adaptarse a estos cambios. Ambas firmas ya han confirmado que sus próximos modelos harán uso de un V8 pero, aunque las dos se encuentran bajo el auspicio del grupo Volkswagen y lejos de lo que algunas personas puedan pensar, no se trata del mismo propulsor. Entendible cuando menos, ya que la filosofía de los coches a los que motorizarán está claramente diferenciada.

El sucesor del Lamborghini Huracán dejará de lado el ya histórico V10 atmosférico de 5.2 litros por un V8 con doble turbo y 4.0 litros de cilindrada. No obstante, el parámetro más llamativo es el del régimen de giro, ya que anuncian que esta mecánica será capaz de girar a 10.000 revoluciones por minuto. El actual se queda en las 8.000 revoluciones por minuto.

Vamos a detenernos para analizarlo un poco más en profundidad y ver lo que implica este hecho. Por supuesto, estas velocidades serán mayores que las de cualquier otro motor de ocho cilindros en producción, pero no solo obedece a crear una banda sonora irrepetible, algo en lo que Lamborghini ha trabajado fervientemente.

El incremento del rango útil de velocidad de giro repercute de manera directa en el aumento de la potencia, de la misma manera en que lo hace la sobrealimentación. Pero para alcanzar las cotas mencionadas, los ingenieros han dedicado especial atención a mitigar y/o gestionar con éxito las grandes inercias y fricciones que se generan dentro de los cilindros, sea o no con camisas pulidas a la perfección como hace Mercedes con su técnica patentada 'Nanoslide'. Todo a raíz de que estas fuerzas, que conllevan a la postre pérdidas mecánicas, crecen de manera exponencial y no lineal conforme aumenta el régimen de giro.

Otro punto al que se le ha debido dedicar horas de trabajo es a la culata y en concreto a su sistema multiválvulas ya que, en un motor de combustión, los asientos de válvulas son el lugar donde más restricciones fluidodinámicas ocurren y que impiden a la postre que la mecánica 'respire' adecuadamente. Un diseño óptimo en esta zona es imperioso para obtener las cotas de rendimiento prometidas. Aparte de ello, no hay que olvidar la gran importancia del sistema de refrigeración, pues las temperaturas que se alcanzarán serán especialmente altas.

Lo que asimismo puede extraerse es que la arquitectura de este V8 será de cigüeñal plano —nada extraño, puesto que la mayoría de los V8 italianos recurren a ello—, ya que ésta es la que permite alcanzar un régimen de vueltas más elevado y con menos esfuerzo. La última característica por destacar de estos motores son los pulsos de onda generados en el sistema de escape que, sin entrar en mayores detalles técnicos, facilitan esa mejor 'respiración' del motor.

Con todo ello, anuncian una potencia máxima de 800 caballos y 730 Newton metro de par, a lo que hay que sumar lo que pueda aportar el motor eléctrico de 150 caballos y 300 Newton metro integrado en la caja de cambios. Porque sí, este coche será un híbrido, y además exclusivo, pues su tren motriz no lo compartirá con ningún otro. Es una creación de Lamborghini para Lamborghini.

BENTLEY JUBILA SU W12

El reemplazo de propulsor para los Bentley más prestacionales será un V8 híbrido de 4.0 litros —pero repetimos, no es el mismo motor que Lamborghini—. Esta mecánica, que los británicos han bautizado como 'Ultra Performance Hybrid', parte del V8 del que ya disponían, pero el cambio más notable a nivel mecánico es que los turbocompresores de doble entrada originales han sido sustituidos por unos más sencillos de una única entrada y ayudados por el propio motor eléctrico para reducir al máximo posible el temido 'lag'.

Otros cambios menores, pero de igual importancia, son el sistema de inyección, que pasa de trabajar de 200 a 350 bares para reducir las emisiones, así como la eliminación de la desconexión de cilindros, ya que el motor eléctrico suple a este sistema.

El motor de combustión entrega por sí solo 600 caballos y 800 Newton metro de par pero sumados al motor eléctrico de 190 caballos y 450 Newton metro ubicado en la carcasa de la transmisión, pasa a entregar 782 caballos y 1.000 Newton metro, sobrepasando con creces al W12 sustituido.

Al igual que Lamborghini, esta mecánica ha sido desarrollada en exclusiva para sus modelos por los ingenieros de Crewe, movilizando a los 30 integrantes que componían el equipo de los W12 y tras una inversión de más de 40 millones de euros.