Seres 5: Así es como China avanza en el mundo del automóvil

Me ha costado mucho encontrar información del coche que nos han prestado para pruebas: un Seres 5 que, por otra parte, tiene un diseño estupendo, así que, supongo, tiene a un buen fabricante detrás, o a alguien capaz de hacer coches lo bastante buenos para que los queramos comprar en Europa. En el caso del Seres, lo que hemos averiguado es que pertenece o está implicado en su desarrollo el grupo Dongfeng, potencia industrial que ya lleva años trabajando con marcas como Peugeot, Volkswagen o Hyundai en China, de modo que saben fabricar coches. Yo personalmente vi sus modelos en una salida de la vuelta al mundo a vela –entonces Volvo Ocean Race–, en 2018 edición que ganó el equipo Dongfeng en el último suspiro al equipo español de Mapfre. Los coches expuestos en el 'village' de Alicante tenían muy buena pinta, aunque ahora el desafío es venderlos fuera de China con un diseño propio.

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Dongfeng lo está haciendo con DFSK y con Seres, y estos modelos los está importando desde China a España el grupo Julián Alonso, perteneciente a un empresario burgalés de reconocida solvencia en el mundo del automóvil. Es un grupo privado, por lo que la postventa no será del mismo tipo que la de una marca oficial como MG, BYD u Omoda, pero está claro que, si venden en España, es porque van a tener soporte postventa.

Pasamos al coche en sí. Es un SUV familiar de 4,71 metros de largo, cinco plazas, batería de 80 kilovatios hora, 500 kilómetros de autonomía, 300 caballos de potencia y un precio de 63.500 euros, muy alto para este tipo de coche. 

UN DISEÑO MUY LLAMATIVO

El diseño es atractivo y, en cierta medida, diferente. El frontal no intenta parecerse a otros coches europeos, pero sí es muy bajo, al estilo muy habitual en China. Algunas partes parecen aerodinámicas, lo que siempre va a venir bien en un eléctrico. La parte trasera, en cambio, sí que nos suena más, y tras ese estilo 'déjà vu' se nota la influencia del Porsche Macan, al que copia las proporciones y hasta el soporte del limpia luneta con el botón que abre el portón integrado en el mismo soporte. El lateral es algo 'raro', con una superficie de chapa muy limpia pero unos cristales que, en la parte trasera, tienen una forma poco estética. Aun así, el conjunto final es bueno, no especialmente brillante, pero sí muy aceptable.

Lo mismo sucede en el interior, donde Seres se aleja de las tendencias de sobre-diseño y presenta un coche fácil de entender y manejar. Hay una pantalla central calcada a la de Tesla, pero también una pantalla para el cuadro de relojes con una información muy completa. Tiene el 'pequeño defecto' de estar en alemán, así que no nos enteramos de nada, porque si al menos estuviera en inglés, tendría un pase. Los menús de la pantalla, en cambio, están en español, pero hay uno 'repetido', nada menos que el que más se usa, el del climatizador, que se presenta como 'control de los asientos'. Inaceptable en un coche a la venta estos días.

FÁCIL DE CONDUCIR Y MUY CÓMODO

En cambio, el diseño es una ventaja. El volante es sencillo y manejable, hay un acabado en madera de color oscuro, tapizado de buena calidad, zonas mullidas en puertas y salpicadero, dos soportes con carga para el teléfono móvil y un selector de cambio de fácil uso. Además, aunque las salidas de aire no se pueden mover a mano, sí se puede hacer a través de la pantalla central.

Las plazas traseras son amplias y cómodas… en invierno. En verano, el techo solar de serie convierte el interior en una pequeña sauna, y cada vez que arrancamos hay que poner el climatizador a tope para contrarrestar el excesivo calor del habitáculo, una tendencia que inició Tesla y que, en este coche, tampoco nos gusta.

El maletero es correcto, no tiene un tamaño enorme pero no decepciona, y delante tiene otro maletero para llevar los cables, maletero que se abre desde algún lugar oculto en las pantallas que no conseguimos encontrar para la prueba.

Empezamos a movernos y tenemos un motor trasero de 300 caballos en esta versión de tracción trasera. Hay otra 4x4 con 584 caballos que, francamente, se nos antoja, por casi 70.000 euros, un tanto disparatada. Esta de tracción trasera tiene una batería de 80 kilovatios hora de litio, hierro y fosfato, es decir LFP, más económica que las habituales de níquel y cobalto –NCM–. Esta batería se recarga a 100 kilovatios, que es poco para un coche de este tipo, recordemos que es la potencia de recarga que tenía un Peugeot e-208 hace ya cuatro años, y hace que las paradas a recargar sean más largas de lo esperado. La potencia es razonable, pero no es un coche de altas prestaciones, y de hecho le falta empuje en aceleración, una de las ventajas de los eléctricos, que suelen ser muy rápidos en las salidas de los Stop o ceda el paso, y esta es una ventaja que no se da en este Seres.

Entonces, ¿qué tiene de bueno? Pues que es un coche bonito, cómodo, fácil de manejar y con el que movernos cómodamente en el día a día. De hecho, hemos hecho un pequeño viaje sin mayores pegas y nos hemos movido en el día a día con un ritmo rápido, un interior confortable y unas prestaciones correctas. Eso sí, no para su precio. Por 63.000 euros debemos tener ya joyas tecnológicas como las de Tesla o modelos como el Ford Mustang Mach-e por menos de 50.000 euros.

UN PRECIO ALTO QUE PENALIZA AL MODELO

Esto nos lleva al problema de inicio. Este Seres 5 es un coche razonable y muestra que en China se están tomando muy en serio la exportación. Ahora bien, su precio es alto, tanto que nos preguntamos si puede acogerse al plan Moves y tener, por tanto, los hasta 7.000 euros de ayuda que permitirían reposicionar su precio. La lista de cosas a mejorar es larga: desde un cuadro de mandos bien traducido a un cristal del techo que 'tape' de verdad el sol o que, simplemente, deje de existir para ofrecer un techo de chapa más barato y con menos problemas, pero en general este coche se adapta muy bien a los gustos europeos, tiene un buen diseño y, con un mejor precio, una red de concesionarios que ya está creciendo, una potente inversión publicitaria y buena postventa, puede triunfar. Es la receta que van a utilizar varios fabricantes chinos, pero hace falta coches más económicos o, al menos, competitivos dentro de su precio y aunque este Seres no tiene ninguna de las dos cosas, es un buen coche y muestra que China está en el camino de conseguir coches totalmente competitivos.