Alpine confía en disponer de más potencia útil en su motor

Los trabajos se han centrado en los ‘elementos periféricos’, aquellos que se puede mejorar sin romper las regla que congela el rendimiento de los motores. Recordemos que Alpine había pedido una ‘bula’ para poder desarrollar un poco más el motor y acercarse a los adversarios que le fue denegada.

La regla es cuestión es clara. Se prohíbe modificar físicamente el motor para mejorar la combustión. Pero quedan áreas abiertas que permiten ‘aprovechar’ mejor esta potencia.

Dos son los aspectos fundamentales sobre los que se ha trabajado. Uno es eliminar las pérdidas de potencia y el otro, la refrigeración. De esta manera, aunque el motor ofrezca la misma potencia, llega algún caballo más a las ruedas. Y también se consigue disputar de la potencia durante más tiempo.

Por ejemplo, en el escape se ha buscado tener ‘curvas más dulces’ para evitar las pérdidas de presión. Se liberan asi unos CV para que vayan a la rueda. Pero además, la mayor presión de los gases de escape puede ser usada para ayudar a la aerodinámica.

Los diversos elementos de la unidad de potencia se han reposicionado -por ejemplo, la batería está más atrasada- para mejorar el reparto de masas, ayudar a la aerodinámica y que cada elemento tenga la refrigeración óptima para ofrecer el máximo rendimiento. Y hacer con ello, de paso, que las tomas de aire de refrigeración sean lo mínimas posibles para no interferir en la aerodinámica.

Todo ello hace no hace que aumente la potencia máxima, pero sí permite que lo haga la potencia real o utilizable. ¿Cuánto vale este mejora? La respuesta es difícil de obtener, aunque se tendrá una idea en los test.