Los Audi duran más de tres días y Al-Attiyah está a casi tres horas

Tengo que confesar que soy muy fan de Nasser. Al fin y al cabo, es un piloto que, además de dar un espectáculo sin igual en las pistas, también da ‘juego’ fuera de ellas. Pero está claro que esta vez se excedió un poco en sus palabras, sobre todo teniendo en cuenta que llegaba a la 46ª edición del Dakar en una montura nueva para él.

No sólo tuvo ‘leña’ para los Audi, también llegó a dejar caer que, en su época en Toyota, todos sus coches tenían problemas menos el suyo. Lo cierto es que Nasser es un piloto especial, de los que pueden lograr resultados casi incomprensibles, pero en esta primera semana de Dakar han quedado claras dos cosas: el Toyota sí era y es un ‘cochazo’ –véase el rendimiento de Yazeed Al-Rajhi hasta el accidente– y Al-Attiyah no es infalible.

Este Dakar no comenzó bien para Al-Attiyah. Es más, en la primera etapa se dejó casi 25 minutos respecto al vencedor. Y, aunque no tardó en encontrar el ritmo con el Hunter, sus aires de grandeza le jugaron una mala pasada. "No me importa abrir pista", dijo antes de la etapa de 48 horas en las dunas del ‘Empty Quarter’. Y en estas dos jornadas lo ha pagado caro.

Ayer ya sufrió considerablemente al tener que actuar como ‘abrepistas’, pero hoy ha llegado el verdadero ‘palo’ para las aspiraciones del piloto catarí: antes del kilómetro 501 de la especial ha estado parado durante más de dos horas al romper un brazo de dirección de su Hunter y tener que esperar a su camión de asistencia.

Nasser está ahora a dos horas y 40 minutos de Carlos Sainz en la clasificación general. Una clasificación general con doblete de Audi, pues Mattias Ekström es segundo. Sí, han durado más de tres días… y a muy buen ritmo. Nasser, por su parte, tendrá que consolarse con sumar puntos para el Mundial en las etapas que quedan, aunque también sabe que deberá hacer de ‘mochilero’: "Intentaré ayudar a Loeb", ha dicho.

Quedan aún seis etapas y esto es el Dakar, todo puede pasar. Pero la primera semana ha dejado en evidencia la excesiva autoconfianza que tenía Al-Attiyah tras haber ganado las dos últimas ediciones del Dakar con Toyota. Con Prodrive, de momento, no le ha ido tan bien; y ya veremos qué ocurre en 2025 con Dacia –también de la mano de Prodrive–. Por supuesto, éste no era el plan que tenía en mente hace una semana.