BlueCruise: probamos el nuevo paso hacia la conducción autónoma de Ford

BlueCruise es una tecnología que se puede considerar como autónoma de Nivel 2.5, es decir, que permite en ciertos momentos que el vehículo tome el control pero siempre bajo la supervisión del conductor, que debe estar preparado para intevenir en cualquier momento. Hay otros fabricantes que ya han llegado a este punto, pero la novedad reside en que se trata del primer sistema de este estilo que el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo y la DGT han homologado para circular por las carreteras españolas. Se trata del tercer mercado europeo que lo hace tras Gran Bretaña y Alemania.

Para utilizar el BlueCruise hay que estar en una vía considerada como Blue Zone, que básicamente son autovías y autopistas. En España eso suponen aproximadamente 28.500 kilómetros. Una vez en ellas se activa el control de crucero –que trabaja de la mano con el asistente de carril– y cuando el sistema está listo aparece un aviso en el cuadro de mandos. Sólo en ese momento se pueden soltar las manos del volante. Una vez hecho, el coche alcanza la velocidad máxima legal de la vía, se adecúa a la de los coches que tiene delante, se mantiene dentro del carril y puede llegar incluso a detenerse y reemprender la marcha en caso de atasco. Lo que no hace, por ejemplo, es cambiar de carril. Además, en el momento que detecta que se ha desviado la vista de la carretera durante varios segundos avisa al conductor para que vuelva a concentrarse. En el caso de no hacerlo se le avisa de forma acústica y posteriormente con pequeñas frenadas, para finalizar con una progresiva pérdida de velocidad hasta los 10 kilómetros/hora. También hace que el conductor retome el control de la dirección cuando se acerca una curva más cerrada de lo normal.

Explicado todo esto llega el momento de hacer la pregunta clave. ¿Es realmente útil el BlueCruise? Su desempeño es una auténtica delicia por lo suave del mismo. Ni siquiera las transiciones humano-máquina o viceversa alteran el avanzar del coche. Es, por tanto, un sistema ideal para ahorrar cansancio especialmente durante los viajes largos, ya que permite relajarse al menos físicamente al conductor. No obstante, cuando mayor partido se le saca es en los atascos que se pueda producir en las Blue Zones.

Para disponer del BlueCruise, que está disponible en España desde el pasado 12 de octubre, hay que comprar un Mustang Mach-E con el paquete Tecnología+. Es el que lleva todo lo necesario para activar el sistema mediante suscripción, algo que tiene un coste de 24,99 euros al mes sin permanencia. Eso sí, Ford ofrece un período de prueba de 90 días para que el cliente decida si le merece la pena.

BlueCruise ya funciona en 225.000 coches de Ford y Lincoln en Estados Unidos y Canadá, lo que ha permitido a la marca del óvalo probar el sistema durante más de 160 millones de kilómetros sin que se haya registrado ningún accidente.