Ford plantea su concepto de recarga inalámbrica en esta patente

La última patente de Ford que ha salido a la luz trata la recarga inalámbrica de baterías de coches eléctricos. Concretamente cuando están en movimiento.

El sistema que han planteado sobre el papel muestra una serie de bobinas colocadas de forma estratégica y continua en el asfalto y que se conectan a una fuente de energía que las nutre.

La transferencia al vehículo se completa gracias a otra serie de bobinas receptoras. Para asegurar una velocidad y capacidad de carga lo más óptimas posibles, se hace uso de un radar de penetración terrestre, que será el encargado de detectar las bobinas emisoras y colocar al vehículo en la posición óptima.

De momento no parece que a corto plazo pueda ser útil para vehículos con grandes baterías eléctricas, aunque sí para aquellos con paquetes 'cero emisiones' de dimensiones contenidas.

El problema es que es difícil transmitir de forma inalámbrica grandes potencias y que sea rápido, más aún en movimiento. Algunas soluciones todavía en fase de pruebas han conseguido hacerlo a potencias de entre 11 y 20 kilovatios.

En Suecia, la startup ElectReon consiguió elevar esta potencia de carga hasta los 70 kilovatios pero a velocidades no superiores a los 60 kilómetros y recientemente consiguieron hacer rodar un Fiat 500e que recuperó en un tramo de poco más de un kilómetro toda la energía requerida para completar el mismo y a velocidades de autopista.

Entre otras complicaciones relacionadas con la patente está el coste elevado de las bobinas, que tendrían que estar fabricadas principalmente de cobre.

No es la primera patente de Ford relacionada con automóviles eléctricos, ni tampoco la más controvertida. Hace unos meses registraron una batería accesoria para el techo que dio mucho que hablar.