Estrellar un coche contra el segundo piso de una casa es tan inverosímil... como posible

Conducir entraña riesgos, de ahí que existan normativas que traten de limitarlos al máximo posible. Aún así lo más importante es y será siempre el sentido de la responsabilidad de los conductores. Ante la ausencia de la misma hay más opciones de que se produzca un accidente.

Desde Estados Unidos nos llega una historia de esas que es complicada de explicar. Ha sucedido en Lewiston, Pensilvania –Estados Unidos–, donde un coche ha aterrizado en el techo de una vivienda de dos pisos sin que nadie sepa muy bien cómo. Y no sólo eso, sino que, según la policía, se trata de un siniestro intencionado.

Los hechos son de lo más particulares. Una persona estaba en su casa, cuando un Toyota Corolla de 2006, de color gris, se estrelló con la parte superior de la vivienda, lo que destruyó parte del techo y dos paredes completas de un dormitorio. El coche se quedó encajado en el edificio tras el impacto. Por suerte no hubo que lamentar víctimas mortales, sólo algunas contusiones del conductor, un hombre llamado Evan Miller, que fue trasladado al hospital Geisinger Lewiston.

Hubo que extraer el vehículo y colocar diferentes sistemas de soporte para que el techo, y parte de la casa, no se vinieran abajo. Mientras los bomberos hacían su trabajo, la policía investigó la zona de los hechos y llegó a la conclusión de que una alcantarilla elevada provocó que el coche saliera despedido e impactara contra la parte superior de la vivienda.

El caso, según declaraciones de la policía local, es que no fue un accidente, por lo que se acusó a Miller de agresión con agravantes, imprudencia temeraria y conducta delictiva. No está claro si trató, deliberadamente, de estrellar el coche contra la casa o buscaba otro objetivo –algún truco para redes sociales, por ejemplo–, pero si se le declara culpable se enfrenta a penas de hasta 20 años de prisión.