Molina apunta alto tras Le Mans: "Ya podemos empezar a hablar de victoria"

Ferrari ha vuelto al WEC y su comienzo de temporada no puede ser mejor. Tras sumar podios en las tres primeas citas, por fin han subido al cajón más alto en las 24 Horas de Le Mans de la mano del coche 51 de James Calado, Antonio Giovinazzi y Alessandro Pier Guidi. Todo ello con un prototipo que tiene menos de un año de vida y en el que el español Miguel Molina ha sido clave en su desarrollo. 

"El proyecto de este coche nació hace ocho meses y conseguir lo que se ha conseguido el jueves y hoy es algo increíble. Nosotros, como pilotos, pensábamos que estábamos cuatro décimas por debajo de Toyota, hemos ido muy bien en carrera, gestión de neumáticos, con menos degradación, que es muy importante. Además, ellos han cometido errores y significa que iban más al límite",  ha comentado Molina en una entrevista con SoyMotor.com en el paddock de Le Mans tras finalizar la prueba. 

"Esta victoria es un momento histórico para Ferrari, es un proyecto que tiene mucho trabajo detrás y no es que sean muchas personas las que tenemos aquí. A nivel de equipo, es el logro más grande que he conseguido, por todo lo que lleva ganar las 24 Horas de Le Mans estando aquí desde el primer día y por la marca a la que represento", ha añadido. 

El coche que Molina comparte con Antonio Fuoco y Nicklas Nielsen se alzó con la Pole, pero un incidente con el  radiador les ha dejado sin opciones de ganar la carrera. En un momento de la noche, golpearon algo que saltó de uno de los vehículos de delante y tuvieron que perder mucho tiempo en la reparación. Tras ello, fueron a por todas, en busca de minimizar daños ya con el Mundial en la cabeza.

"Fue un momento de la noche, en el que algo que saltó del coche de delante atravesó el radiador, rompiendo la rejilla que hay de protección. También nos pasó en la segunda hora que uno de los alerones que tenemos arriba se cerró y tuvimos que sacar el snorkel del motor, pero el tema del radiador es algo que ni haciéndolo a propósito", ha indicado Molina, que pese a la decepción de no poder pelear por el triunfo se ha mostrado muy satisfecho tras la hazaña conseguida por su equipo.

"Empieza a perder el líquido de refrigerador del ERS y los ingenieros ven que va a subir la temperatura y que no hay más agua en el sistema. Había que parar y cambiar el radiador. Nos intentamos sobreponer al apretar cada vuelta, sin pensar en que se rompiera algo, a intentar minimizar el problema y sumar los máximos puntos posibles para el Campeonato", ha explicado.

Antes de los problemas, la competitividad del coche 50 fue más que evidente y, sin estos, hubieran estado en la lucha por la victoria hasta el final. Por eso, Molina apunta alto para la próxima carrera en Monza, donde un triunfo sería un verdadero hito, en casa de Ferrari  frente a miles de tifosi. 

"Hay más de 80.000 entradas vendidas, algo que no pasó el año pasado y creo que esta victoria le dará un subidón al fin de semana. Intentaremos luchar por la victoria, ahora creo que ya podemos empezar a hablar de ello", ha comentado el piloto español.

"En Le Mans se ha demostrado que el coche va muy bien y de aquí a Monza, trabajaremos en algo más para estar allí preparados, que va a ser una carrera especial. Monza también es un circuito de poca carga aerodinámica y tenemos una buena velocidad punta. Toyota sigue siendo el equipo a batir, hasta que realmente les luchemos de tú a tú en una carrera de seis horas, que es realmente donde no fallan", ha insistido para cerrar.