Ferrari, regreso al WEC 50 años después

El retorno al WEC de Ferrari es una apuesta decidida por John Elkann, quien sabe si es por nostalgia o por elevar la imagen del Cavallino en momentos en los que en la F1 las cosas no salen como quieren. También ha influido que el ‘techo presupuestario’ de la F1 ha liberado un dinero y unos recursos humanos importantes, y esta es una forma de aprovecharlos.

El programa es absolutamente independiente de la F1. Está gestionado por el departamento que hasta la fecha era carreras-cliente bajo la dirección de Antonello Coletta. El 499 P (la cifra va por la cilindrada unitaria de cada cilindro, algo que fue habitual en los Ferrari de Resistencia) ha sido diseñado por Ferdinando Canizzo.

El motor es un V6  biturbo de 3 litros, capaz de ofrecer 520 kW, unos 707 CV. Va combinado con un motor eléctrico de 200 kW en el eje delantero. Entre las características aerodinámicas del coche encontramos un doble alerón posterior con tres soportes.

No han tenido que ir a buscar muy lejos los pilotos. Ha recurrido a los pilotos oficiales de la marca que hasta ahora eran cedidos a los mejores equipos GT. Y le han añadido a Antonio Giovinazzi, su reserva de F1.

Para la afición española, lo relevante es la presencia de Miguel Molona en el coche 50, un número evocador; sus compañeros serán Antonio Fuoco y Nicklas Nielsen. En el 51 encontramos a Giovinazzi, James Calado y Alessandro Pier Guidi

Ferrari no gestionará directamente los dos coches que pondrá en pista. Es algo de lo que se encargará AF Corse, un equipo que les ha dado grandes triunfos en GT. AF son las iniciales del propietario del equipo, Amato Ferrari.

Los rojos han hecho test intensivos y han probado un par de veces por lo menos en Sebring. Quieren ser competitivos desde el día del debut, pese a que Toyota lleva la ventaja de la experiencia, Peugeot también y Porsche han hecho un programa de test tanto o más importante.