Toyota Sports 800: conozcamos al abuelo del GR Yaris

El Toyota Publica fue un equivalente japonés del Citroën 2CV -no en vano, su inspiración fue ésta-, objetivado a motorizar al pueblo llano durante la década de los 60. Su concepción inicial pasaba por ser un coche multifuncional, con un peso por debajo de la media tonelada y un consumo no superior a los 3,5 litros cada 100 kilómetros en orden de marcha. Por supuesto, se debieron hacer ciertas concesiones para el producto final, comenzando por la arquitectura de motor y tracción delanteros, que se antojaba demasiado complicado de factorizar. En su lugar se escogió finalmente contar con propulsión trasera. La mecánica, al igual que el icono francés, era un bicilíndrico bóxer con refrigeración forzada por aire que se ideó para que tuviera menos de 500 centímetros cúbicos. Más tarde quedó patente que las prestaciones quedarían muy justas incluso para un peso tan ligero como el que estaba planeado, de modo que el resultado final fue de 700 centímetros cúbicos y una potencia de 28 caballos cuando aterrizó en 1961. Con esta planta partía la versión deportiva, Sports 800. El primer acercamiento se vio en el Salón de Tokyo de 1962 en su versión conceptual, que contaba con un habitáculo que se abría como si de una carlinga de avión se tratase. Este diseño corrió a cargo de Shozo Sato -quien en aquella época estaba cedido por Datsun-. La carrocería contaba con líneas mucho más fluidas, redondeadas y, por ende, aerodinámicas, con unas dimensiones compactas de 3.580 milímetros de largo, 1.470 de ancho y tan solo 1.170 de alto.  

Como es obvio, la entrada al habitáculo para la versión de producción se normalizó a un par de puertas convencionales, aunque con el techo desmontable tipo targa fabricado en aluminio. La mecánica también cambió y para cuando llegó a producción en abril de 1965, ésta se había incrementado en tamaño hasta los 800 centímetros cúbicos, 45 caballos y un carburador por cilindro, modificación que al año siguiente adoptarían todos los Publica con su nueva generación. Aún y así, homologaba un consumo de 3,3 litros cada 100 kilómetros. Su chasis se caracterizaba por montar un esquema de eje rígido en el tren trasero y suspensión de doble horquilla en el delantero con barra estabilizadora, mientras que la frenada se encomendaba a unos humildes tambores en las cuatro ruedas. Con todo, los datos decían que el coche era capaz de alcanzar los 155 kilómetros/hora.

Durante su producción entre abril de 1965 y octubre de 1969 se cuentan algo más de 3.000 unidades fabricadas y de ello sale una curiosa anécdota. Y es que, aunque el modelo jamás se exportó, sí se realizaron versiones con el volante a la izquierda, debido a que por aquellos años- -y hasta 1971-, la prefectura de Okinawa estaba bajo posesión de Estados Unidos, por lo que los coches que allí se vendían debían llevar la configuración de aquel país. Unos cuantos de aquellos 300 ejemplares así fabricados volaron a Estados Unidos con sus propietarios tras esa fecha. Toyota tuvo no obstante un par de escarceos más con el Sports 800. En 1977, en el marco del mismo Salón de Tokyo, presentó un concepto muy particular de híbrido, con un motor eléctrico que nutría a las ruedas traseras alimentado por una turbina de gas. Muchos años más tarde, en 2010, desveló al mundo dos modelos eléctricos con la base del Sports 800, uno de ellos con dos motores.