Senna, Donington, 1993: Vuelta y carrera mágica
La lluvia es, por un lado, el factor externo más importante en la F1 y, por tanto, generador de carreras imprevisibles y llenas de emoción. Por otro lado, saca a la luz a pilotos con una habilidad y talento por encima de la media. Así y de esta forma, el 11 de abril de 1993 se dieron dos circunstancias exquisitas para una de las mejores carreras de aquella década: la lluvia y Ayrton Senna en un coche inferior al de su más directo rival: Alain Prost, como en otras ocasiones anteriores, desde Mónaco 84.