VÍDEO: La reacción de Sainz Sr. al volante del Ferrari F1-75: "Si salgo otra vez, bajo otro segundo"

El 17 de diciembre fue un día muy especial para Carlos Jr. y también para todo su entorno. Era su último día en la oficina como piloto de Ferrari, en el que iba a subirse al F1-75 con el que ganó su primera carrera en Fórmula 1, el cual también lo iba a saborear un bicampeón del mundo de Rallies como su padre, una experiencia completamente opuesta a lo que está acostumbrado.

La última publicación de Don’t Blink de este año nos enseña lo que no se vio durante ese día de test, desde padre e hijo llegando juntos al circuito hasta el momento de ver a Carlos Sr. mejorando sus tiempos un segundo vuelta tras vuelta. Un momento inolvidable para ellos y que refleja a la perfección el bonito legado que ha dejado Carlos Jr. durante sus cuatro años como piloto de Ferrari en Fórmula 1.

El vídeo empieza con Carlos padre y Carlos hijo volando a Italia el día anterior y cantando la mítica canción de la serie de dibujos animados Marco, conocida por todos los hispanohablantes. El lunes llevaron a cabo los protocolos habituales para este tipo de test, con la prueba del asiento, la explicación de los trucos y botones del volante y demás cosas.

Ese mismo lunes tuvieron una cena muy emotiva, en la que además de pasar un bonito rato con los empleados de Ferrari, y recibió regalos especiales por parte de estos, entre los que se encuentran botellas de vino con su propio nombre o un cuadro de él y Enzo Ferrari con una popular frase del garajista italiano: "No se puede describir la pasión. Sólo se puede sentir".

En el día del test, vemos a Carlos Sr. recibiendo algunos consejos de su hijo, quien lógicamente, tiene más experiencia en este circuito y con este tipo de coches. Carlos padre se mostró algo cauto y bromista antes de subirse al coche, pero dentro de él estaba preparado para darlo todo, a sus 62 años, y pasárselo como un enano a los mandos de un Fórmula 1.

Carlos Sr. tuvo como ingeniero de pista a su hijo y con el ingeniero de este último, Riccardo Adami, supervisando las vueltas y la telemetría. Roberto Merhi, que ha acompañado a Carlos Jr. a muchas de las carreras en los últimos años fue otro de los siguió de cerca el test, al cual también acudieron Charles Leclerc y Frédéric Vasseur, aunque se dejaron ver más tarde.

Para empezar, el campeón del Dakar dio dos vueltas de instalación, una con un coche de calle para conocer el circuito y con su hijo de copiloto y otra ya a los mandos del F1-75 y con Carlos Jr. en la radio. Los consejos de Carlos Jr. y también de Roberto Merhi fueron muy útiles para su siguiente outing, donde ya empezó a apretar y a descubrir lo rápido que van estos bólidos.

Aunque un bicampeón del mundo de Rallies y cuatro veces campeón del Dakar no tiene como fuerte un coche de Fórmula 1, en el muro quedaron impresionados con las vueltas de Sainz Sr. a sus 62 años. Merhi, de hecho, reveló que estaba yendo un segundo más rápido cada vuelta y cuando salió del coche, el madrileño mostró su predisposición a ir todavía más rápido, pero para ello ya entraba en una ventaja de analizar telemetrías para conseguirlo.

Luego llegó el turno de Carlos Jr., él sólo, sin nadie en la pista y con el hambre y la convicción del piloto, deseoso de batir el récord del circuito y con la firme convicción de exprimir al máximo el F1-75. Momentos después, Sainz Sr. volvió a ponerse el mono para salir de nuevo a pista, esta vez junto a su hijo para compartir circuito durante tres vueltas, las cuales le ponen a uno los pelos de punta.

Las tres vueltas con su hijo detrás no fueron suficientes para Sainz Sr., quien siguió apretando en pista ante las carcajadas de Vasseur, quien alucinaba con el tesón del campeón del Dakar. Nada más bajarse del coche no dudó en decirlo: "Creo que si salgo otra vez, bajo otro segundo".

Para acabar con este precioso día de circuito, Sainz dio una última vuelta a los mandos de un Ferrari Testarossa de 1955 que corrió la mítica Mille Miglia y las 24 Horas de Le Mans. Pelos de punta.

Cuando Carlos Jr. dio esa vuelta de honor, llegó el momento de ponerse emotivo y Carlos Sr. quiso dar las gracias públicamente a todos las personas que hicieron que este test fuera posible. También conocemos, mediante el propio Carlos padre, que esta despedida fue idea de Vasseur y remarca que fue "uno de los mejores regalos que se le puede hacer a alguien", sobre todo, si hablamos de apasionados a los coches como él.

Sainz Jr. también dio un pequeño discurso de agradecimiento, animando aún más a su padre a ganar el Dakar por quinta vez en 2025 y en clave Fórmula 1, aunque Carlos y Ferrari vayan a ser 'rivales' la próxima temporada, se seguirán viendo en el paddock y deseándose la mejor de las suertes para sus futuros proyectos.