Las víctimas del 'método Marko'

A Galcerán le gustan los rallies y sentía debilidad por Marcus Grönholm, que le sería presentado más adelante. Quizás por eso la empresa en cuestión de la obra era también sueca.

Pero en la F1 estamos más habituados al ‘Método Marko’, el férreo método que emplea el Doctor [doctor en leyes, que no en medicina] para sus pupilos. Un método que permite subir y te deja caer, casi calcado de la publicidad de Kleenex, usar y tirar.

La Pirámide de formación Red Bull siempre ha sido amplia y no puede decirse que Marko haya puesto el ojo en quien no tiene talento. Luego, muchos se quedan por el camino, no resisten la presión, pero quien supera esta dura escuela tiene el precio de un F1… aunque no siempre.

Hay algunos pilotos que admiten que sin Marko no hubieran llegado a la F1 y otros que prometían, pero no han llegado porque han dicho ‘no’ al Doctor, como es el caso de Robin Frijns a quien muchos veían en F1 y tuvo que conformarse con dos sesiones de Libres 1 para Caterham.

Pero es quizás por los pilotos que ha dejado caer en F1, que ha descabalgado en plena temporada, lo que queda en la mente de los aficionados. Dejados caer, sin piedad, en plena temporada. Daniel Ricciardo ha sido el último, mientras Sergio Pérez lleva temporada y media asomándose al abismo.

La característica del ‘Método Marko’ es que no espera a concluir la temporada y contrato, sino que no duda en descabalgar sobre la marcha a quien decepciona en su rendimiento.

Hace poco más de un año lo hizo con Nyck de Vries para subir a Daniel Ricciardo Entonces escribimos que el holandés era “la penúltima victima del método Marko’. Hoy, ya no es penúltimo: ese lugar lo ocupa Daniel Ricciardo hasta que caiga el próximo.

Lo de no concluir la temporada puede ser interpretado como la necesidad imperiosa de mejorar la situación del equipo en la tabla de constructores. Pero también responde a otra lógica en esta era en la que no hay test: preparar al nuevo ‘recluta’ con tiempo para que en la siguiente temporada esté en condiciones de rendir.

La lista es amplia. Christian Klien, Scott Speed, Sebastien Bourdais, Danniil Kvyat, Nick de Vries y Daniel Ricciardo. Pero se puede ampliar con los ‘retrocedidos’ de Red Bull a Toro Rosso, como fue el caso de Daniil Kvyat o Pierre Gasly. O los casos peculiares de Jaime Alguersuari y Sebastian Buemi, cuando ya habían iniciado la pretemporada, precisamente para dejar sitio a Ricciardo. O el de Carlos Sainz, que presionó para marcharse antes de tiempo a Renault, sabedor de que no iba a ascender al primer equipo… y Red Bull aprovechó para subir a Brendon Hartley… que duró toda la temporada siguiente y quizás mantuvo su puesto ese tiempo porque descendió de forma definitiva a Kvyat.

Christian Klien fue el primer piloto apeado. Fue en 2006, el segundo año de Red Bull en F1, a donde llegó tras comprar Jaguar en 2005 y manteniendo a David Coulthard y Christian Klien. Klien decició dejar el equipo cuando supo que Mark Webber le sustituiría al año siguiente. Klien tuvo opción de ir al DTM o IndCcar pero no aceptó, por lo que fue sustituido para los últimos tres grandes premios.

Scott Speed fue el segundo en quedar descabalgado, en 2007, tras pobres resultados y un altercado con Franz Tost en Nürburgring, el décimo GP de la temporada, Sebastien Vettel fue su sustituto.

Sebastien Bourdais fue ‘despedido’ tras nueve Grandes Premios en 2009, cuando estaba siendo dominado por el debutante Sebastien Buemi. En Hungría, Jaime Alguersuari toma el volante.

Jaime Alguersuari y Sebastien Buemi se estaban ya preparando para 2012 , trabajaban en el simulador, tenían preparado el contrato ara firmar… cuando el Dr. Marko decidió que tenía que dar una oportunidad a Ricciardo. Un escueto mensaje sentenció el despido de ambos en beneficio de Ricciardo y Jean Eric Vergne.

Daniil Kvyat, sufrió un palo terrible en 2016. En 2015 había acabado por delante de Ricciaro en Redd Bull. En 2016, había hecho podio en China con Red Bull pero para Barcelona el Dr. Marko decidió subir a Max Verstappen al primer equipo y ‘degradar’ al ruso al Toro Rosso. Kvyat quedó moralmente destruido. A mediados de 2017 fue apeado de Toro Rosso tras 14 GP ese año, para ser sustituido por Pierre Gasly.

A finales de 2017, Carlos Sainz tenía claro que Helmut Marko no lo quería al lado de Max Verstappen y forzó su marcha del equipo. Ya disputó los tres últimos GP del año con Renault, mientras Brendon Hartley tomaba el volante.

Pierre Gasly sufrió el mismo trato que Kvyat pero ‘sobrevivió’ y sigue en F1. Fue subido a Red Bull para acompañar a Verstappen pero tras 12 Grandes Premios fue descendido a Toro Rosso tras doce Grandes Premios para subir a Alex Albon al primer equipo.

Y está Nick de Vries, que no cuajó y tras 10 grandes premios el pasado año dejó su puesto a Daniel Ricciardo. No fue considerado ni siquiera reserva para cuando el australiano se fracturó la muñeca.

Pero no sólo hay estos casos. Otros han sido más discretos, como el no contar con Alex Albon o Brendon Hartley.

Otra característica de lo que sucede: las apuestas o ‘enamoramientos’. Primero por Vettel. Después por Ricciardo que acabó con la salida de Vettel. Después por Verstappen que provocó la salida de Sainz y después la de Ricciardo, que volvería tres años después en Toro Rosso porque Marko quería ‘recuperarlo’ por si era necesario sustituir a Sergio Pérez.

Es cierto, la F1 es un deporte cruel. Muy pocos puestos para muchos aspirantes. Los cambios suceden en todos los equipos por diversas razones, no siempre claras, pero las que suceden en la órbita de Marko son las más espectaculares.