Lando Norris o cuando más cerca puede ser más lejos

Pero uno tiene la sensación de que Lando, estando más cerca, está asimismo más lejos. ¡Menuda paradoja!

Está más cerca porque llegó a Singapur a 59 puntos y salió a 52. Está más lejos porque ahora debe recuperar 8,7 puntos de media por Gran Premio y, antes de Singapur, estaba a 8,4.

En otras palabras, está más cerca en puntos, pero tiene menos pruebas para recuperar.

Mucho ha recuperado Lando desde Silverstone, justo el ecuador del campeonato, cuando estaba a 89 puntos de Max, pero quedaban doce pruebas, es decir, estaba a siete puntos por prueba, mucho que recuperar pero tiempo para hacerlo.

¡Cómo pesan la ausencia de órdenes de equipo en McLaren! Son diez puntos clave siete de Hungría y tres en Italia. Algunos incluso elevan a 17 los puntos perdidos por elecciones tácticas, pero eso quizás sea más discutible. Nos centramos en esos diez porque la maniobra de intercambio de posiciones era factible sin menoscabo de los puntos de constructores y el campeonato estaba lo suficientemente avanzado como para pensar que, si había un piloto con oportunidades de título, era Norris.

En lugar de recuperar 8,4 puntos por GP, sólo siete. Es cierto, hay que tener en cuenta el punto de vuelta rápida y los puntos de los tres sprint que restan.

La situación actual me recuerda un 'déjà vu'. Lo primero que me viene a la mente es remontarme a 15 años atrás, a la temporada 2009, la del título de Jenson Button y el Brawn. Aquel año fueron los éxitos de inicio de temporada los que dieron el título a Jenson, que sufrió mucho en la segunda mitad de temporada.

En Red Bull, seguro, lo tienen muy presente porque Button ganó la corona a expensas de Vettel. Hay una diferencia, eso sí, y es que Red Bull, en la segunda parte de la temporada, tuvo un bache que a la postre iba a ser decisivo.

Hay otra situación que me viene a la mente. Sucedió una década antes, en 1999. Aquel año, Michael Schumacher iba para campeón, o al menos tenía serias opciones, hasta que en el GP de Gran Bretaña sufrió un accidente, fracturándose ambas piernas.

No parece una situación similar, pero Eddie Irvine remontó sobre Mika Hakkinen y llegó al final de temporada con posibilidades de arrebatar la corona al de McLaren. De hecho, llegó a la última carrera, Japón, por delante de Mika... pero este ganó en Japón por delante de Schumacher e Irvine. Michael no cedió la plaza al irlandés porque, con empate a puntos, Hakkinen hacía valer el número de victorias a su favor.

Ferrari fue campeón de Constructores, en parte porque Coulthard sólo fue capaz de sumar dos puntos en las últimas 4 carreras; de hecho, abandonó en las tres últimas.

Pero surgieron dudas sobre si 'El Kaiser' hizo todo lo posible por imponerse a Hakkinen; acabó a sólo cinco segundos de él. Irvine acabó tercero, a más de un minuto... como atenazado. Schumacher tenía la pole, hizo retocar la inclinación del ala en el warm-up y, en la arrancada, hizo patinar las ruedas traseras. Hakkinen se colocó en cabeza y ya no la abandonó.

Con la perspectiva del tiempo, me parece una exageración que Michael ‘renunciara’ a ganar. Quizás la clave estuvo en que Coulthard retuvo un poco a Schumacher cuando este se aprestaba a doblarlo —David había tenido una salida y tuvo que parar un tiempo en boxes— pero no está claro si perdió tiempo o ritmo suficiente. Curioso, ese incidente de Coulthard, que lo colocó en posición de ser doblado, sería a la postre lo que entregó el título de constructores a Ferrari.

Irvine no recriminó nada a Michael ni a Ferrari, sólo lamentó un par de problemas en los repostajes en GGPP anteriores que costaron GGPP decisivos… ¿podemos asimilarlo a falta de órdenes?

Lo que está claro es que Lando no depende de sí mismo; necesita que Max falle u Oscar le ayude colocándose entre él y el neerlandés. Bueno, Oscar o un piloto de Ferrari o Mercedes. Austin y México serán la clave del desenlace final.