La furia de Bottas: la pesadilla de que Francia fuera a dos paradas

Hacia el ecuador de la carrera, viendo el rendimiento de los neumáticos, comenzó a sobrevolar la idea de ir a dos paradas. Red Bull apostó por ello y llamó a Verstappen a boxes en la vuelta 33 para montar las gomas medias. El de Países Bajos adelantó a Sergio Pérez y Bottas era su siguiente rival.

El finlandés rodaba con unos neumáticos duros de 27 vueltas cuando Verstappen se acercaba con las gomas amarillas de tan sólo 12 giros. Bottas cometió un error y prácticamente no mostró oposición al adelantamiento, pero la diferencia de neumáticos era muy grande.

Si bien el nivel de degradación ha sido mayor del esperado, Bottas no ha dudado en quejarse por radio de la estrategia: "¿Por qué no me escuchasteis cuando os dije que iba a ser una carrera a dos paradas?".

Lo realmente difícil de esta carrera no era decidir si hacer dos paradas o no, era encontrar el momento idóneo para hacerlo. Después de las primeras paradas, parecía difícil que todos pudieran llegar al final con unos neumáticos duros de más de 30 vueltas. Sin embargo, era precipitado tomar la decisión, pero tampoco tenía sentido entrar a falta de diez giros para el final.

"La vida del neumático ha sido menor de la que esperábamos, las últimas diez vueltas han sido una pesadilla", ha argumentado Bottas en declaraciones a DAZN F1 al terminar la carrera.

Además de la posición con Verstappen, Bottas también ha perdido el podio con Pérez en la vuelta 50; los neumáticos del mexicano eran siete vueltas más nuevos. Sin embargo, sorprende que Mercedes haya calcado las estrategias en sus dos coches, pues si hubieran optado por ir a dos paradas con Bottas, quizá hubiera mantenido la tercera posición.

Los de Brackley también podrían haber optado por parar a Bottas una vez que perdió la posición con 'Checo', pues tenía parada gratis y la opción de sumar un punto extra de la vuelta rápida. En cualquier caso, la estrategia y las dudas que había sobre lo que iban a durar los neumáticos ha conseguido mantener la incertidumbre hasta el final de la prueba.