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El cuarto puesto de Pierre Gasly en Baréin es motivo de orgullo para el jefe de Toro Rosso, Franz Tost, que destaca este resultado como uno de los mejores conseguidos personalmente en Fórmula 1 y reconoce el compromiso que ha tenido Honda y el esfuerzo de su nuevo motorista para lograr este objetivo.

Pierre Gasly fue uno de los grandes focos de la rueda de prensa de la FIA de este jueves. Tras su cuarto lugar de Baréin no ha dejado de recibir elogios por parte de todos. Además de preguntarle sobre sus expectativas para este fin de semana en China, los medios de comunicación se han interesado por el trasfondo de su mensaje por radio tras la carrera, en el que decía "podemos luchar" y que muchos entendieron como un recado para Fernando Alonso pero, ¿lo fue realmente?

Actuaciones como la de Pierre Gasly ayudan a que el motor Honda se vea como una opción atractiva para Red Bull. Los de Milton Keynes observan de cerca el progreso de los japoneses, pues en los próximos meses deben decidir si en 2019 se quedarán con Renault o apostarán por los propulsores nipones. El último en ofrecer su opinión sobre el desarrollo de la marca ha sido Daniel Ricciardo.

El director técnico de Honda, Toyoharu Tanabe, se mostraba cauto antes del Gran Premio de Baréin y no anticipaba que conseguirían un resultado tan bueno. Los japoneses van paso a paso y no desisten en su objetivo de convertirse algún día en un motorista puntero y fuerte.

El motor Honda acabó la carrera del GP de Baréin de 2018 en cuarta posición, la mejor hasta ahora desde su regreso a la F1 en 2015. Y gran parte de culpa de ese resultado la tiene Pierre Gasly. El piloto galo de Toro Rosso se aupó a esa cuarta posición tras cuajar un muy buen fin de semana desde el inicio del mismo.

No siempre es fácil ser el copiloto. Los miembros de la parrilla de Fórmula 1 están acostumbrados a no serlo, pero por una vez Fernando Alonso quiso experimentar qué se siente y se dejó en manos de su jefe, Zak Brown, en el circuito de Los Arcos de Navarra, al volante de un McLaren 720S. El español sobrevivió y luego decidió enseñarle a su superior cómo se hace.

La actuación de Toro Rosso-Honda en el Gran Premio de Baréin fue para enmarcar y sirvió para acallar todas las críticas que recibieron tras la primera carrera de la temporada. ¿Será éste el principio de una nueva racha de éxitos para los japoneses?

Una de las grandes sorpresas de la clasificación del Gran Premio de Baréin ha sido la actuación de Toro Rosso-Honda. Después de la carrera en Australia, donde estuvieron a la cola de la parrilla, la escudería de Faenza y el motorista japonés querían callar bocas bajo los focos del desierto de Sakhir.

Se han escrito ríos de tinta sobre la situación de Honda desde que volvió a la F1 en 2015 de la mano de McLaren. Y ahora que ya no proveen motores al equipo británico, sus resultados no son tan notables para la mayoría de los aficionados –al menos en la primera carrera de 2018– ya que ahora es Toro Rosso el heredero de la unidad de potencia japonesa.

Honda ha decidido montar un turbo y un MGU-H mejorados en los motores de Pierre Gasly y Brendon Hartley para Baréin, tras los fallos de unidad de potencia que sufrió el coche del francés en Australia. Aunque los japoneses gozaron de buena fiabilidad en pretemporada, en Albert Park llegaron los primeros problemas.

Toro Rosso busca recuperar la esperanza en Sakhir después de que uno de sus pilotos tuviese que abandonar en Melbourne por un nuevo fallo en el MGU-H de Honda –investigado ya en Sakura– y de que el otro fuese el único doblado de la carrera inaugural de 2018.

El piloto francés de Toro Rosso, Pierre Gasly, está convencido de que Honda dará con la tecla para desarrollar una unidad de potencia competitiva, ya que tienen organizado un plan prometedor con vistas al futuro.