Hamilton deslumbra en la noche y Räikkönen se le cuela a Rosberg

Eso podría pensarse si vemos los finales de citas como Singapur, Abu Dabi o la que no nos atañe ahora, la de Baréin. En todas ellas, el mismo piloto fue el primero en cruzar la meta dando pie a un vistoso juego de luces y colores. Una fiesta grande para un campeón de los grandes: Lewis Hamilton.

Decíamos ayer que la galaxia en la que corre el británico queda lejos del alcance de cualquiera del resto de mortales, y hoy no ha sido diferente. Se aseguró la Pole con una vuelta insuperable y tuvo a buen recaudo su primera posición desde el apagado de luces hasta la bandera de cuadros manteniendo siempre un margen de tranquilidad con el piloto que rodaba tras su alerón trasero. Un lugar que llegaron a ocupar hasta tres coches distintos: el de Vettel, el de Rosberg y el de Räikkönen.

El último, el Ferrari del finlandés, fue quien acabaría en el segundo peldaño del podio. Y suerte tuvo Lewis de que no lo hiciera en el primero si hacemos caso a las palabras de Toto Wolff, quien aseguró que una vuelta más y la victoria habría sido para Kimi por los graves problemas que el W06 tenía en sus frenos. Sin embargo, aunque Hamilton bajara su ritmo en la vuelta final, luego dijo en el podio que realmente no fue para tanto. Así que su tercera victoria no corrió peligro.

RESULTADOS DEL GP DE BARÉIN | CLASIFICACIÓN MUNDIAL

3.3 segundos tuvo de margen final con Räikkönen, que se adjudicó tal privilegiada plaza gracias a una estrategia diferente a la del resto de sus rivales que le permitió llegar a las vueltas finales con neumáticos blandos y un ritmo infernal. Así, fue devorando segundos a los Mercedes hasta llegar a Rosberg y pasarle casi sin querer, ya que el alemán ofreció poca resistencia al irse largo en la primera curva por los mismos problemas en los frenos que sufrió Hamilton.

Una alegría desbordada inundó el box de la Scuderia mientras que en un lado del garaje de los de la estrella asomaba la decepción. Se les había escapado un nuevo doblete después de una actuación notable de Nico. El alemán había pecado de conservador en las primeras carreras del año y en Sakhir le hacía falta una reacción. Así, tiró de su dolido orgullo para, desde la cuarta plaza, superar a los dos bólidos rojos con idénticas maniobras y ponerse a rueda de Lewis.

Y ahí no acabó la cosa para Rosberg: tuvo que volver a adelantar a Vettel dos veces más para recuperar en la pista lo que su compatriota le quitaba en el pit lane. Tanta lucha para acabar peor que en China. Al menos, le queda el consuelo de que a su mayor quebradero de cabeza este domingo le fue aún peor. Y es que Vettel se hundió al tener que parar una tercera vez más para cambiar el morro de SF15-T, dañado en una salida de pista cuando luchaba con Nico.

Cuando se reincorporó a la pista, ya sin opciones, lo hizo detrás de Bottas y ahí se quedó. Tuvo 20 vueltas para superar al Williams del finlandés y fue incapaz de hacerlo. Su desesperación fue tal que una frenada de la primera curva casi se lo lleva puesto. Tras la quinta posición del alemán vio la meta Ricciardo, y gracias pudo dar por ello, porque según entraba en ella iba dejando una densa humareda blanca tras de si por la rotura de su aún frágil motor Renault.

Tras una intensa lucha por los puntos restantes en la que se vieron involucrados varios pilotos, se los acabarían llevando Grosjean, Pérez, Kvyat y Massa. A 3.9 de anotarse el último se quedó Alonso. Felipe venía dejándose un reguero de segundos con unas ruedas muy castigadas y eso permitió a Fernando acercarse más, pero no lo suficiente. 11º final y otra carrera terminada con un McLaren al que le falta mucho ritmo, pero con el que se dio el gustazo de desdoblarse de Kimi con unas gomas más frescas.

Quien no acabó fue Sainz, que vio como una carrera que comenzó mal (con 5 segundos de sanción por pasarse de velocidad en una vuelta de reconocimiento) terminó peor por una rueda mal apretada. Tampoco lo hizo Verstappen y Button ni si quiera vio la salida por los mismos problemas del viernes. Maldonado sí acabó, pero golpeado otra vez por la mala suerte al apagársele el motor en un parada. Merhi fue el último clasificado, a un mundo de aquel al que alumbran los fuegos de artificio.