Népliget, 1936: el primer Gran Premio de Hungría
La temporada de 1936 fue un paseo para el maravilloso (y joven) piloto de Auto Union, Bernd Rosemeyer. La superioridad de su Auto Union Type C, unida a la valentía y velocidad del piloto, dejaban al resto de competidores en una situación comprometida: tanto a un Rudolf Caracciola que se las tenía que arreglar con un Mercedes W25 que ya no era el coche a batir, como a un Tazio Nuvolari cuyo Alfa Romeo sufría para seguir a las flechas plateadas, y sólo en manos del mantovano parecía mantener, esporádicamente, el ritmo.