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Marcharse de Hungría sin ningún punto en su casillero fue algo inesperado para Force India, máxime si se tiene en cuenta que la recién estrenada versión ‘B’ de su monoplaza había funcionado muy bien en Silverstone. Sin embargo, los dos abandonos de sus pilotos fueron un duro golpe. Especialmente sorprendente fue el accidente de Nico Hülkenberg, causado por un desprendimiento de su alerón delantero que hizo inútiles los esfuerzos del piloto para continuar en carrera.

La victoria de Ferrari no podía llegar en un mejor momento, cuando los rumores parecían indicar que los días en Maranello para James Allison podían estar contados, así que el resultado de ayer le va a dar al británico un gran alivio. Todo el equipo necesitaba una alegría así después de unas carreras en las que parecía que los Williams se les subían a las barbas, pero por distintas circunstancias han podido subsanar la situación.

Force India tuvo un fin de semana para olvidar. Sus dos monoplazas acabaron accidentados y todo apunta a que fue culpa de los pianos del circuito de Hungría. El equipo indio vio como su coche 'B', que sólo tenía un gran premio de rodaje, quedaba destrozado después de una salida de pista de Sergio Pérez durante los Libres 1, que no le permitió rodar en los Libres 2. Por precaución, su compañero de equipo Nico Hülkenberg tampoco participó en la sesión de la tarde.

Renault parece que se dirige a un futuro sin Redbull. Este fin de semana en Hungría, entre los rumores sobre si compraran Lotus o no, el jefe de Renault, Cyril Abiteboul, ha lanzado un dardo envenenado a sus socios austríacos: "Cuando leemos que Redbull pierde dinero con Renault, éste comentario es completamente inaceptable. Combinando todo el dinero que reciben, las cantidades que les paga Total y Infinity, así como los fondos de los premios, estamos hablando de medio billón de euros", dijo para RMC Sport. 

En Hungría, al apagarse los semáforos, vimos de nuevo a ambos Mercedes perdiendo posición en la salida, algo que ya se repitió en el Gran Premio de Gran Bretaña y, en el caso particular de Hamilton, en la arrancada del GP de Austria a manos de su compañero de equipo.

Federico Gastaldi (Argentina, 1964) es un verso suelto entre las mentes herméticas e individualistas que conviven en el paddock de la Fórmula 1. Este simpático empresario argentino –e íntimo amigo de Shakira y Mick Jagger- mantiene una constante batalla por la supervivencia del equipo Lotus desde que fuera nombrado como director adjunto a principios de la temporada 2014, pero más allá de que las cuentas bancarias empiecen a estar en verde o que hayan logrado asentarse dentro de la zona de puntos gracias a la potencia del motor Mercedes, el verdadero reconocimiento de Gastaldi es la capacidad de no ser absorbido por la hostilidad típica de muchas figuras clave en el pináculo del automovilismo. “¿Periodista español? ¡A ti no te voy a decir nada!”. Es su cómica tarjeta de presentación antes de atender a LaF1.es en el paddock del circuito de Hungaroring. Nos lleva hasta su despacho, se abanica, toma asiento y empieza a hablar con total naturalidad sobre los éxitos, fracasos y expectativas que envuelven sus responsabilidades en el Gran Circo. Federico no se anda con rodeos y habla con sinceridad, algo extraño en la competición deportiva más exclusiva y elitista del mundo.

Jenson Button parece que seguirá en McLaren-Honda en 2016. Recientemente, Ron Dennis habló sobre el futuro del campeón del mundo de 2009: "Jenson Button tiene un contrato de dos años con McLaren. Ni siquiera estamos pensando en los pilotos por el momento". 

En una carrera loca y cargada de emoción, Sebastian Vettel ha sido capaz de conseguir su segunda victoria del año por delante de los dos hombres de Red Bull, quienes han completado un atípico podio en el que, por primera vez, no hemos visto ningún Mercedes. Con Jules Bianchi muy presente, estas han sido las declaraciones más destacadas que nos han dejado:

La actuación de Kimi Räikkönen en el pasado Gran Premio de Hungría no deja lugar a dudas de que la velocidad y la pasión por la Fórmula 1 se mantienen intacta en el piloto finlandés. El jefe del equipo Ferrari, Maurizio Arrivabene, comentó hace algunas semanas que su futuro dependía, únicamente, de él, así que la cita en el Hungaroring supuso toda una inyección de moral para el campeón del mundo de 2007, a pesar de que tuvo que abandonar en la última parte de la prueba.

La Fórmula 1 está de enhorabuena. Después de recibir muchas críticas por la falta de espectáculo, el Gran Circo nos ha dejado grandes carreras en las últimas dos citas de la temporada, tanto en Silverstone como en el Hungaroring. En este último circuito, los pilotos quisieron dedicarle a Jules Bianchi la mejor carrera de la temporada y una de las más movidas de los últimos años. 

Cuando Maurizio Arrivabene dijo en febrero que el objetivo de Ferrari para el 2015 era conseguir dos victorias, muchos no pudieron evitar la carcajada. Cinco meses después de conceder aquellas polémicas declaraciones, el mandatario italiano ha visto cómo Sebastian Vettel conseguía hoy en Hungría su segundo triunfo del año, cumpliendo así con la meta que se había marcado frente a la percepción generalizada de que se trataba de un diagnóstico demasiado optimista por su parte. Maurizio llegaba al motorhome de Ferrari con una sonrisa en la cara, no tanto por la victoria de Seb, sino por la satisfacción de ver cómo un equipo entero logra pasar del desastre al éxito en menos de 48 horas. 

Tras un inicio complicado del fin de semana, Ferrari se ha marchado del circuito de Hungaroring casi de la mejor manera posible. Y es que, a la victoria de Sebastian Vettel, se le ha podido sumar un segundo puesto de Kimi Räikkönen que hubiera supuesto el primer doblete de la Scuderia desde Alemania 2010. El finlandés, no obstante, ha tenido que decir adiós antes de tiempo por un problema mecánico en su coche.

El primer podio de la temporada para Red Bull ha llegado en Hungría y por partida doble. Las idas y venidas de una carrera loca permitieron a los de Milton Keynes brindar con champán con Kvyat segundo y Ricciardo tercero. El ruso se recuperó de un comienzo delicado para acabar tras Vettel y el australiano pudo haber aspirado a más de no ser por su toque al final de la carrera con Rosberg. Aun así, todos se van contentos de vacaciones.