El Gran Premio de Madrid aún no encuentra inversores y se impulsa en IFEMA

“Se ha constatado la inexistencia de socios cualificados en condiciones de asumir las estrictas exigencias”, ha dicho Engracia Hidalgo, responsable del Área de Gobierno de Economía, Innovación y Hacienda del consistorio madrileño, al ser interpelada en un pleno del ayuntamiento sobre el particular.

“Una vez obtenidos por IFEMA los derechos, analizadas y valoradas las distintas fórmulas de gestión, es verdad que sacamos el contrato de gestión, y debido básicamente a la cantidad de cláusulas adicionales que pusimos, no hemos encontrado a la empresa que quiera inicialmente la transmisión de ese riesgo”, ha dicho Hidalgo en un debate impulsado por la oposición de Más Madrid, a cuyo vídeo ha accedido SoyMotor.com.

“Por lo que finalmente se ha optado por deslindar las prestaciones necesarias para albergar el Gran Premio”, ha apostillado Hidalgo.

La concejala asegura que la prueba generará “un impacto económico importante” y será rentable para IFEMA, entre otras causas porque la prueba es un periodo valle de actividad ferial. "Los beneficios previstos de la actividad actual de IFEMA en los años 2024 y 2025 van a compensar los resultados negativos de la Fórmula 1 en esos dos años y después los demás años serán beneficios para IFEMA", zanjó.

Recordemos que Madrid tiene contrato para acoger un Gran Premio de F1 desde 2026 a 2035 y que el trazado previsto de unos 5,4 km de longitud tiene una parte que debe construirse. En su día, el alcalde madrileño José Luis Martínez Almeida señaló que el contrato se había firmado a través de IFEMA “con la premisa de que no hubiera inversión de dinero público”. Una postura que también apoyó Isabel Díaz Ayuso, quien afirmó que el Gran Premio no costaría nada a las arcas de la Comunidad o del Ayuntamiento.

Dado que IFEMA es el organizador del GP, y no el Ayuntamiento de Madrid ni la comunidad autónoma, la inversión prevista para la disputa del Gran Premio no es estrictamente dinero público, pese a la evidente conexión debida a la composición del consorcio. En consecuencia, el pleno del Ayuntamiento rechazó ayer la proposición número 20248000761 de Más Madrid para que “el proyecto de Fórmula 1 acometido por IFEMA no suponga compromisos económicos que condicionen el presupuesto y patrimonio actual o futuro del Ayuntamiento de Madrid, instando a los representantes nombrados por el ayuntamiento en el Consejo Rector de IFEMA a que se opongan a que la inversión en la construcción y explotación del circuito sea realizada por el Consorcio Público IFEMA con sus propios recursos”.   Más Madrid ha enarbolado el ejemplo del GP de Europa en Valencia que acabó costando, según el concejal Miguel Montejo, “300 millones” a las arcas públicas y ha asegurado que un riesgo de este calibre no es asumible por IFEMA, cuya propia supervivencia peligra según este grupo municipal si continúan adelante con el proyecto de la Fórmula 1.

Es pronto para conocer la situación real al completo por los pactos de confidencialidad firmados entre IFEMA y FOM, pero en este momento las autoridades políticas sí confirman la implicación financiera de IFEMA para impulsar el Gran Premio de España en Madrid, una inversión que prevén rentable.

En general, el riesgo de organizar un Gran Premio para una empresa privada es muy elevado. Los promotores del GP de Holanda ya han expresado serias dudas sobre si podrán renovar el contrato. Alemania está sin Gran Premio porque los promotores no pueden asumir el coste sin inversión pública. Y la efímera recuperación del GP de Francia ha acabado con un fiasco por razones similares. Del mismo modo, resulta habitualmente complejo justificar la inversión pública sólo con la repercusión directa en las arcas de la administración que asuma los riesgos. 

Pese a ello, gobiernos repartidos por todo el mundo apuestan por la Fórmula 1 y sus beneficios indirectos para mantener una porción sustancial de los Grandes Premios del calendario. Entre ellos, a modo de ejemplo, los de la Generalitat de Catalunya, el Ayuntamiento de Barcelona o la Diputación provincial de Barcelona, que a lo largo de los años han encargado y publicado un sustancial número de informes para respaldar sus inversiones y que la Fórmula 1 haya permanecido durante más de tres décadas en el Circuit de Barcelona-Catalunya, cuya gestión pasará, por cierto, a Fira de Barcelona desde el próximo 1 de enero de 2025.