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A principios de este año y con las diversas discusiones públicas que han tenido lugar entre Red Bull y su proveedor de motores Renault, cada vez resulta un hecho más factible que la marca del rombo compre y renombre el equipo menor de la bebida energética, Toro Rosso. Parecía que no se iba a dar la situación óptima para que ambos bandos renovaran su relación, puesto que los propulsores franceses no se adaptan a los monoplazas azules.

Las críticas en esta primera fase de la temporada se han centrado, principalmente, en los motoristas más que en los propios equipos, concretamente en Renault y Honda. Mientras Honda intenta levantarse del mal inicio de 2015 y se muestra más que optimista para el final de temporada y para el futuro, Renault sigue renqueante y el divorcio con Red Bull parece inminente. 

La humareda de Ricciardo al cruzar la meta de Sakhir es el fiel reflejo de la situación que Renault está atravesando en este inicio de temporada y, por extensión, los dos equipos motorizados por la casa francesa, esto es, Red Bull y Toro Rosso, quienes ya están manos a la obra para intentar revertir la coyuntura actual.

Luz verde, boxes abiertos, camiones preparados y túnel del viento a pleno rendimiento. Así podría estar Renault. Tras varios años fuera de la F1, el regreso de la marca francesa cada vez es más posible. Carlos Ghosn, presidente y director general de Renault, ha aprobado la resurrección de los franceses en el Mundial. Según Autor Motor und Sport, tras un gabinete de crisis en Paris celebrado en los ultimos días, se decidió que "deben volver a la senda del triunfo".

En el último Gran Premio se pudo ver, una vez más, como los dos equipos motorizados por el fabricante de la marca del rombo, Red Bull y Toro Rosso, tuvieron problemas en sus respectivas unidades de potencia; hasta el punto que Kvyat y Verstappen abandonaron la carrera. Según reporta el Canal Plus francés, Renault tiene un fallo grave en el diseño de los pistones de su unidad de potencia.

Renault insiste en que no lucharán por un cambio en la normativa que les ayude a ponerse al día respecto a sus rivales. El fabricante francés y a la vez socio de la escudería de Milton Keynes, ha dado un paso atrás en comparación con la temporada pasada.

Se puede decir que, en cierta medida, el día llegó. Y es que desde el pasado Gran Premio de Bélgica del pasado año, un coche 'no Mercedes' cruzó la meta en primer lugar. La victoria de Vettel y Ferrari en el Gran Premio de Malasia ha hecho que crezca la esperanza en el resto de equipos y fabricantes de poder destronar en alguna otra carrera a los de Brackley.

El Gran Premio de Australia fue la excusa perfecta de Red Bull para quejarse sobre el equipo Mercedes, ya que sacaron más de medio minuto a su principal perseguidor, Sebastian Vettel. No obstante, los de Milton Keynes se han quedado sin argumentos en la segunda carrera al ver que su ex piloto consiguió su primera victoria con Ferrari en Malasia. 

Tensión máxima entre Red Bull y Renault, y es que la escudería de Milton Keynes insiste en poner de manifiesto las carencias de un motor que todavía precisa de trabajo y desarrollo para ser competitivo.

El 'mal rollo' entre Red Bull y Renault, la asociación que dominó la Fórmula 1 entre 2010 y 2013 con victorias también en 2009 y 2014, sigue en pleno apogeo. Renault sigue golpeando a Red Bull tras las críticas iniciales de Horner a su proveedor de motores. Lo hacen a través de Cyril Abiteboul, que ya tildó de mentiroso a Adrian Newey al decir que la única debilidad del RB11 está en el motor.

Cuando la tensión se acumula, al final la válvula de escape tiene que abrirse para aliviar un poco de presión. Christian Horner y Red Bull fueron quienes se descargaron hace una semana, y hoy le ha tocado el turno a Cyril Abiteboul, harto de las quejas que llegan desde su principal cliente.

No corren buenos tiempos en la factoría de Viry-Châtillon. La era V6 Turbo le está sentando mal a Renault, tanto en el aspecto de fiabilidad como en el de rendimiento, y después de la pobre actuación de los propulsores franceses en Australia, la situación no parece que vaya a mejorar.

A principio de semana, Toro Rosso salía en todas las quinielas como el favorito para el más que posible retorno de la prestigiosa escuderia del rombo, Renault, ampliando su proyección en algo más que ser el proveedor de propulsores.

La dupla Red Bull-Renault está en horas bajas. En el GP de Australia el motorista francés recibió un duro golpe al ver que tres motores fallaban a lo largo del fin de semana, lo que dejó a Daniil Kvyat con un motor menos para el resto del año. Los de Viry-Chatillon cargan ahora contra el equipo de las bebidas energéticas.

Fin de semana para olvidar el que han vivido los equipos propulsados por motor Renault. El divorcio entre Red Bull y la marca francesa viene rumoreándose desde hace tiempo, y la situación vista en Albert Park no ayuda nada a una relación que atraviesa un momento más que tenso.