Así es el Brendon Hartley más íntimo, el niño que quería ser Alesi

En muchas ocasiones no se desvela como un piloto de Fórmula 1 ha recibido la noticia de que podría ser quien ocupe un lugar en el Gran Circo. Brendon Hartley, campeón del mundo de resistencia neozelandés y ahora piloto de Toro Rosso Honda, explica como recibió una llamada del gran Helmut Marko.

"Estábamos en octubre de 2017, era muy pronto por la mañana cuando de repente escucho el teléfono y veo el nombre de Helmut Marko. Me dijo que querían que pasara un día en el simulador en Red Bull Racing, a lo que por supuesto, acepté", revela Brendon Hartley. "Eso fue todo, aunque creí que al tener 28 años mi época en Fórmula 1 ya había pasado, ahora creo que nunca hay que rendirse, nunca me di por vencido, aunque no pensé que un rato en el simulador fuera a dar para tanto", explica en declaraciones a la página web oficial de Fórmula 1.

"Estuve ocho años en el programa de jóvenes pilotos y sé que Marko es un hombre de pocas palabras, y a veces cuando te habla no te dice cosas muy amables. En realidad, siempre fue honesto, desde que abandoné la academia mantuve con todos muy buena relación y en esos momentos que sólo pilotaba para Porsche, si puedo decir que cuando vi la llamada de Marko, mi ritmo cardíaco aumentó considerablemente”, desvela a continuación Hartley.

Otra de las incógnitas que pocas veces conocemos es el significado de los dorsales elegidos por cada piloto. En el caso de Brendon, su elección fue el número 28, la edad que tiene actualmente, pero ese no es el verdadero concepto de la elección.

"Cuando era pequeño fui a una carrera de karting donde subí al podio, llevaba una camiseta de Jean Alesi que mi papá me había comprado… yo siempre quise ser como Alesi y casualmente en la carrera mi dorsal era el 28, y ese año Alesi llevaba el 28, al igual que mi padre cuando corría y mi hermano mayor Nelson, entonces me subí al podio y grité '¡Algún día seré como Jean Alesi!'", relata Hartley. "En realidad, seguro que parecí un mocoso gritando", ha ironizado.

De izquierda a derecha: Oliver Turvey, Brendon Hartley y Jaime Alguersuari, durante 2008

No es la primera vez que el neozelandés pertenece a un equipo de Fórmula 1, porque nueve años atrás, un joven de 21 años fichó como piloto reserva de Toro Rosso, un paso en su carrera deportiva que cambió su vida al completo.

"En 2007, mi segundo año fuera de casa, gané el campeonato Eurocup Formula Renault 2.0. Era un certamen fuerte con más de 35 de los mejores pilotos del mundo, yo era feliz y en 2009, me convertí en piloto reserva para Toro Rosso, el equipo hermano de Red Bull en la F1", explica.

"En esa época fue cuando todo comenzó a ir mal, estaba compitiendo en otras dos series europeas además de asistir a carreras de F1 y estar preparado para entrar en el coche en cualquier momento. Tenía 19 años, estaba agotado, perdido, y no sabía mi posición en el paddock, no sabía lo que se esperaba de mí", expresa nostálgico Brendon.

"Mentalmente no estaba listo, yo fui rápido, lo sabía, pero mi cabeza me afectó, principalmente a mis resultados en las otras dos series, que es el único lugar donde puedes demostrar tu valía como piloto de pruebas. Perdí la confianza y al final me volví muy infeliz", confirma recordando viejos tiempos.

No sólo su cabeza le iba a jugar una mala pasada. En 2009 cuando quedó un asiento libre, fue Jaime Alguersuari el piloto elegido para participar en el campeonato mundial de Fórmula 1 en lugar de Hartley, algo que al neozelandés terminó de rematar.

"Cuando había un asiento libre en Toro Rosso en 2009, mis resultados en pista ya empezaban a ser negativos y Red Bull lo notó, y le dieron el asiento a Jaime Alguersuari. Nunca olvidaré esa llamada telefónica con Helmut cuando me dio la noticia, 'Lo siento, hemos puesto a Jaime Alguersuari en el asiento libre', definitivamente, un hombre de pocas y difíciles palabras", ha afirmado Hartley sobre su complicado pasado.

Los Hartley, recién casados el pasado mes de enero en Nueva Zelanda

"Ya había tocado fondo cuando perdí el asiento de la F1, entonces, cuando Helmut me llamó para decirme que me estaban quitando el puesto de reserva sentí alivio. Tuve una nueva época en mi vida, tuve que descubrir la vida por mi cuenta, me fortaleció. Gracias a Dios tenía a mi familia y a mi novia Sarah, que son en quienes me apoyé y gracias a ellos quizá estoy aquí, no sé qué habría sido de mi si no es por ellos", prosigue. "Cuando comencé a recuperarme, me apoyé en todos ellos para obtener apoyo moral y financiero, correr era mi vida, había llegado demasiado lejos y mi familia se había sacrificado demasiado para darme por vencido", ha concluido.

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