Adrian Newey, el hombre que sólo sabe hacer coches ganadores

William Shakespeare las usó para escribir sus obras literarias y teatrales que todavía hoy son admiradas y de actualidad. Nuestro personaje ha utilizado el papel, posiblemente hojas más grandes, para diseñar los mejores automóviles de competición del mundo, los mejores F1 de la historia: Adrian Newey, ‘el domador del viento’

A sus 65 años -cumplirá 66 el 26 de diciembre- está considerado como ‘El Domador del Viento’, el mejor ingeniero de F1 de la era de la aerodinámica, quizás de la historia. Ello se debe a la conjunción de dos elementos clave: su talento y que casi siempre ha dispuesto de los medios y equipo necesarios para desarrollarlos.

Los coches que él ha diseñado han ganado 220 Grandes Premios, uno de cada tres. Ha ganado 12 títulos mundiales de constructores  y 13 de pilotos. Todo ello desde que a finales de 1987 entró como diseñador jefe en March. Fue un retorno a casa, porque había estado anteriormente en March, pero como ingeniero de pista de F2 y diseñando un coches GTP para IMSA. Sus comienzos, nada más graduarse como ingeniero aeronáutico y aerodinámico en la Universidad de Southampton tuvo un breve periodo en Fittipaldi, pero el equipo cerró.

Una vez Flavio Briatore me dijo que "perder un buen piloto es un drama, pero perder un gran ingeniero es una tragedia". Y eso era en la época en que Fernando Alonso todavía estaba en Renault, pendiente de pasar a McLaren.

La pasión nació con el kart. Recuerda que con 13 años su padre le llevó a una pista de karts, "pero vio que la mayor parte de niños no corrían porque ese era su deseo sino el sueño de su padre. Me dijo que si quería correr debía ganármelo. Hice un par de carreras, pero no era competitivo… Sin embargo descubrí que me gustaba más modificar el kart que pilotarlo. Modifique el chasis, el motor, la electrónica… comencé así mi andadura".

La pasión por la aerodinámica fue evidente. Si proyecto de licenciatura versó sobre el ‘efecto suelo’ y estudio el Lotus 79 que acabó dando a Mario Andretti ser campeón del mundo… sin sospechar que años después iba a ser su ingeniero de pista.

Veinte años después, parece que sigue vigente esta frase que, por sí sola, justifica los esfuerzos de Lawrence Stroll para fichar a Adrian Newey. 

Newey reveló en un libro algunos secretos sobre sus diseños. Dicen que es el ingeniero más copiado de la historia, pero no le preocupa, lo toma como un halago: “que te copien es el mejor reconocimiento que pueden hacerte”. No le falta razón: significa que tus rivales reconocen que lo has hecho mejor.

No es hombre que se ande por las ramas. Seguramente denosta los límites presupuestarios, no en vano en su día decidió dejar el equipo Leyton House, con el que consiguió sus primeros golpes de efecto de F1, "porque no quería estar en un equipo dirigido por contables". Sin embargo, ve en el techo presupuestario un desafío interesante, porque todos juegan con las mismas cartas y es ahí donde el ingenio marca la diferencia.

A Adrian le interesan los desafíos. Estuvo muy cerca de abandonar la F1 precisamente porque entendió que las reglas actuales no representaban suficiente desafío, aunque admitió que "después, al leerlas más detenidamente, vi que tenían posibilidades".

Pero seguro que le costó romper vínculos con Red Bull y Christian Horner. Red Bull le dio todo lo que quería, incluso tiempo para que antes de proyectar el coche proyectará la sede del equipo. Le ha permitido ‘distracciones’ como el correr las 24 Horas de Le Mans con un Ferrari GT, hacer el Pekín-París de Clásicos, proyectar el Aston Valkyrie o ahora en RB17… incluso colaborar en el juego Gran Turismo.

Y a Horner lo conocía desde hacía muchos años, cuando un pequeño Chris vagaba por los garajes de Leyton House en las carreras británicas y expresaba su admiración incondicional por Adrián a finales de los 80, inicios de los 90.

Un hombre que confiesa que por muchos años se vio perseguido por un cierto sentimiento de culpa por el fallecimiento de Ayrton Senna hace ahora 30 años. Le costó mucho asimilarlo y tardó más de una década en ser exonerado de cualquier responsabilidad.

Un hombre de quien un personaje no muy dado a repartir elogios, Ron Dennis, dijo que "Adrian es la persona más competitiva que he conocido nunca". Y eso que Ron ha tenido en sus filas pilotos como Lauda, Senna, Prost, Hakkinen, Alonso o Hamilton.

La vida de Adrian, casado tres veces, con un hijo y tres hijas, está llena de anécdotas. Algunas de ellas están aquí.

COMPAÑERO DE JEREMY CLARKSON Y EXPULSADO

Newey tiene muchas anécdotas de juventud. En el Repton College fue compañero de pupitre de Jeremy Clarkson, el hombre que fundó el programa de televisión Top Gear. Las clases se las pasaban hablando de motores… hasta que Adrian fue expulsado a los 16 años. Simplemente, estaba a cargo del sonido en un concierto cuando subió tanto el nivel que las vidrieras del edificio se agrietaron,

ENTRÓ EN F1 POR UNA MOTO

Su primer empleó en F1 lo consiguió ¡gracias a su moto! Acudió a una entrevista de trabajo con Harvey Postlethwaite, ex ingeniero de Tyrrell, Hesketh, Ferrari y a la sazón en Fittipaldi. Harvey era un fan de las motos y tenía una Guzzi; hablaron más de motos que de otra cosa, se dieron un paseo intercambiando las monturas y cada uno volvió a casa con la moto del otro: ya se las devolverían al día siguiente en el trabajo.

DEL DESPIDO AL ÉXITO

Tras el periodo de Fittipaldi entró en March para ocuparse del F2 de Christian Danner. En la primera carrera, Danner dominaba y se quedó sin gasolina a dos vueltas del final. Piloto enfurecido, ingeniero despedido… Porque controlar la gasolina es una de las tareas más sencillas. Sólo más tarde se descubrió que el depósito tenía una fuga. Le salvó otro motard, exmotard en este caso, Johnny Cecotto, quien lo reclamó para su F2 y fue subcampeón.

UN COCHE PARA PAUL NEWMAN

De ahí, al proyecto del En March le dieron un encargo mayor; diseñar un coche para la IMSA, o mejor dicho rehacerlo Fue el March GTP, que ganó la IMSA dos años seguidos… y un coche para la CAN-AM, para Paul Newmann. March 85C que ganó la CART en 1985 con Al Unser y la Indy 500 con Danny Sullivan, trabajó después con Mario Andretti pero su March 86C ganó de nuevo la F.Indy y la Indy 500. 

A UN PASO DE FERRARI

Por entonces pudo desembarcar en Ferrari. Tree Force, que había ganado la F-Indy con Bobby Rahal y Newey, fue elegida por ‘El Commendatore’ para ocuparse y pilotar el equipo Ferrari en la F-Indy en 1987. Enzo se había ‘peleado’ con la F1 y amenazó con irse a la América, su principal mercado. Incluso presentó el coche, pero al final se quedó en F1.

PLURIEMPLEO PARA UN REGRESO A LA F1

Carl Haas era el importador de Lola, y decidió entrar en F1 con el Lola-Beatrice en 1986, pero fue un fiasco. Adrian estaba en Indycar con el equipo Kraco y Martio Andretti y modificó el March para tener una suerte de difusor soplado, que fue usado por Rahal en la victoria de la Indy 500. A final de año, compaginó Indycar y F1 con Lola Beatrice y eso le dejó exhausto. Pero Lola le confió sus nuevos proyectos de IndyCar.

EL BOOM DE LEYTON HOUSE

March vuelve a llamarlo Ha encontrado un patrocinador, Leyton House cuyo propietario, Akira Akagi, está dispuesto a invertir. Al año siguiente los coches se llaman Leyton House, tienen una aerodinámica extremadamente refinada en la época. Contra todo pronóstico, el equipo pequeño brilló en varias ocasiones, hizo algunos segundos puestos. Cuando colapsó, Newey ya había tomado la decisión de marcharse porque sabía que no habría medios suficientes para estar delante.

Y de ahí llegaron sus primeros títulos. Con Williams, primero, aunque en el coche de suspensión activa de su primer título, el FW14B, se ocupó de la aerodinámica. En Williams tuvo a Patrick Head como capo, era un ingeniero pragmático ante todo, pero eran los años de bonanza para el equipo y le dejó rienda suelta. En McLaren después, comenzó con Gordon Murray, otro de los grandes de la historia, antes de tomar las riendas absolutas del aspecto técnico. 

Estuvo a punto de ir a Milton Keynes con Bobby Rahal al frente de Jaguar, pero Dennis batalló por el contrato en vigor y ganó. Jaguar se vendió a Red Bull y ahí, Dennis ya no pudo retenerlo.

Su imaginación desbordada, sus ideas, eran tan avanzadas que sus ingenieros no podían plasmarlas. Él no diseña por ordenador, sigue dibujando, pone en papel sus ideas, y encarga a los ingenieros que las plasmen. En Red Bull le pusieron a Geoff Willis de ‘cancerbero’; Willis es un pragmático y se encargaba de centrar en lo práctico las desbordantes y creativas ideas de Adrian.

Y ahora afronta un nuevo desafío. El cheque habrá sido enorme -¿30 millones de libras?-; la posibilidad de ser accionista, una tentación… pero la promesa de carta blanca técnica posiblemente haya sido determinante.