Jaque mate de Mercedes a Ferrari

Tras la clasificación del sábado, e intuyendo los juegos que habían ido descartando los pilotos en cada sesión, se podía predecir la estrategia que seguirían los pilotos que alcanzaron la Q3, incluyendo a Mercedes y Ferrari:

• Primer stint: superblandos hasta la vuelta 10-13
• Segundo stint: blandos hasta la vuelta 31-34
• Tercer stint: blandos hasta el final (58)

Sin embargo, el golpe inicial de Ferrari al tablero destrozó todos los pronósticos y dio pie a una batalla táctica que ganaría quien más sangre fría tuviese. Era evidente que Ferrari no podía igualar el ritmo de Mercedes, pero la ventaja estratégica de tener colocados a ambos coches por delante de los de Brackley les proporcionaba una oportunidad magnífica. Y más si tenemos en cuenta que Hamilton estaba incluso atrapado tras Verstappen.

¿Cuál debía ser la jugada de Ferrari en la primera parada? El marcaje pieza a pieza: Vettel (primer Ferrari) debía marcar a Rosberg (primer Mercedes), y Räikkönen, hacer lo propio con Hamilton. ¿Y qué quiere decir exactamente "marcar"? Entrar en boxes una vuelta después que el rival, copiando la elección de neumáticos y manteniendo la posición frustrando el intento de ‘undercut’. De esta forma, tras las primeras paradas, Vettel y Räikkönen debían quedar respectivamente por delante de Rosberg y Hamilton, y con la misma estrategia de neumáticos. Teniendo en cuenta que la previsión era hacer una parada más, bastaba con adelantarse en esa segunda parada (y Ferrari tenía margen para hacerlo, ya que precisamente la degradación es uno de sus puntos fuertes y les permite no tener preocupación por quedarse sin neumáticos antes que Mercedes) para mantener la posición tras esa última parada en boxes y, a partir de ahí, defender en pista la primera y tercera posición.

Sin embargo, aunque escrito parezca simple, en la práctica es muy complicado de ejecutar sin errores. Cualquier movimiento en falso, precipitado, daría al traste con el asalto de Ferrari a Mercedes. Y así es cómo los de Maranello lo dejaron escapar.

PRIMER MOMENTO CLAVE: Parada de Rosberg

Una vez que Rosberg, estando a menos de un segundo de Räikkönen, enfila el carril de boxes, la posición del finlandés está instantáneamente perdida para Ferrari, ya que la vuelta de salida de boxes de Mercedes con neumáticos nuevos es sencillamente fulminante. Pero no importa: el cometido de Räikkönen era cubrir al segundo Mercedes en carrera, que es Hamilton y circula 12 segundos por detrás. Ningún problema en ese movimiento.

Quien tiene que mover pieza en ese momento es Vettel, ya que la vuelta de salida de boxes de Rosberg va a ser tan rápida que, si no reaccionan instantáneamente, perderán el liderato, y Mercedes habrá ganado la partida. Este es el cénit, el momento clave de la carrera, cuando se juegan el todo o nada. Y, a pesar de los estratosféricos récords del segundo y tercer sector que marca el Mercedes, Ferrari y Vettel lo hacen todo a la perfección y salvan la jugada más peligrosa de Mercedes parando en la vuelta siguiente: les dejan casi sin margen de maniobra. Aunque lo hacen con una pequeña variación respecto al guion inicial: Vettel monta superblandos, en vez de calcar los blandos de Rosberg. Pero esto no es un problema, ya que, como se ha comentado antes, en la segunda parada Vettel se tendrá que anticipar a Rosberg si quiere mantener el liderato. Por lo tanto, montar un compuesto más blando es incluso un plus en ese sentido.

SEGUNDO MOMENTO CLAVE: Parada de Räikkönen

Ahora falta la segunda parte: que Räikkönen pare una vuelta después que Hamilton y se mantenga por delante del inglés, copiando su estrategia de forma que, si Hamilton quiere luchar por la victoria, tenga que adelantar antes en pista a Räikkönen sí o sí. Algo que parece tremendamente sencillo, ya que en la vuelta 15 la distancia a favor del de Ferrari son más de 13 segundos. Pero entonces se les ocurre... ¡meter en boxes a Räikkönen antes de que pare Hamilton, sin conocer la estrategia de Mercedes!

La decisión resulta inexplicable. Räikkönen sale de boxes 6.7 segundos por delante de Ricciardo, su inmediato perseguidor, por lo que no se puede argüir que estuviera defendiendo esa posición: tenía al menos tres vueltas más de margen sin parar para salir por delante. No hay ningún otro motivo que justifique no esperar a la parada de Hamilton para mover ficha con Räikkönen.

¿Por qué cometió Ferrari este error? Porque no contemplaban la posibilidad de que Mercedes usara el neumático medio, ya que como el propio Gené dijo tras la carrera, en Ferrari "ni se planteaban" montar el medio en sus monoplazas. Subestimaron al rival. Obviaron que la superioridad de Mercedes es tal que, sea con la estrategia que sea, una vez consiguen pista libre y pueden imprimir su ritmo, son imparables. Estudiaron al milímetro al contrincante antes de comenzar la carrera, se aprendieron sus jugadas más habituales... pero no supieron predecir su capacidad para improvisar. Faltó, una vez más, flexibilidad en el muro de Ferrari. Sobró encorsetamiento, traer la jugada preparada de casa. ¿Cómo podían pensar que Mercedes se resignaría a perder sin ni siquiera intentar algo diferente?

¿Cuál fue la consecuencia de esta decisión errónea? Ferrari le abrió de par en par la puerta a Mercedes para que intentaran una estrategia diferente, sin que la Scuderia tuviese la más mínima capacidad de reacción, ya que sus dos pilotos ya se habían detenido en boxes. Y en Mercedes lo aprovecharon magistralmente, montando medios para no tener que parar de nuevo y haciendo un 'jaque mate' al planteamiento de Ferrari. 

En el caso de Räikkönen, lo que debía ser sacrificar un caballo para que el otro consiguiera la victoria, se convirtió en un suicidio que allanó el camino al rival. Hamilton se encontraba ante sí con 40 vueltas cronometradas, en las que los rivales se iban a ir apartando para realizar su segunda parada y él se tenía que limitar a exprimir el ritmo de su Mercedes.

TERCER MOMENTO CLAVE: La bandera roja

Pero cuando la suerte parecía echada, llegó el segundo golpe de efecto en forma de bandera roja. La -estúpida- normativa permite a los equipos cambiar los neumáticos a su antojo en este tipo de circunstancias. O lo que es lo mismo: hace posible resetear el tablero de en mitad de la partida, colocando cada jugador sus piezas donde más le interesan. Pero, obviamente, ese interés depende de dónde coloque el otro jugador las suyas, algo que no puedes saber hasta una vez reanudada la carrera.

De todas formas, en este caso Ferrari lo tenía relativamente fácil, ya que Mercedes había destapado sus cartas una vuelta antes de la bandera roja. Se podría entender que dudaran de si Rosberg iba a mantener su estrategia o no. Pero imaginar que en el muro de Hamilton, habiéndole montado las medias una vuelta antes, se iban a contradecir a ellos mismos inmediatamente después, era mucho imaginar. Teniendo en cuenta esto, la escudaría italiana tenía que montar los neumáticos medios al menos en uno de sus coches, aun no siendo los más favorables para ellos, con el objetivo de cubrir a Hamilton. Y no lo hicieron.

Se podría decir que a Ferrari le dieron a elegir dónde colocar sus piezas, y lo hicieron como si la carrera no hubiese empezado. Como si no hubiesen obtenido ninguna información de esas primeras 16 vueltas. Sin embargo, Mercedes supo leer muy bien el error previo de Ferrari en esa primera parada precipitada de Räikkönen, y hurgó en la herida de los de Maranello montando el medio también en el coche de Rosberg. Algo bastante más arriesgado, pero que ejemplifica perfectamente la superioridad de Mercedes en el apartado estratégico: confiaron en que en Ferrari no se iban a atrever a montar medios y acertaron. De lo contrario, Vettel hubiese ganado la carrera salvo adelantamiento en pista, muy poco probable.

¿La bandera roja benefició a Ferrari? Sí y no. Teóricamente, la partida de ajedrez estaba perdida varias jugadas antes para ellos, por lo que el incidente les daba una nueva oportunidad. Pero Ferrari, en esa oportunidad para corregir su último movimiento en falso, solo supo reafirmarlo. Y en esa tesitura, la bandera roja sí que permitió a Hamilton acercarse a la cabeza y no necesitar adelantar a los Toro Rosso para batir a Vettel al final de carrera. Pero es difícil pensar que no lo hubiese conseguido de todas formas. 

En Melbourne era esencial desestabilizar a Mercedes, romper dinámicas, causarles ciertas dudas. Y una victoria de Vettel, aun sin demostrar un mejor ritmo, habría añadido algo de incertidumbre a una escudería Mercedes que se sigue sintiendo invencible. Pero se podría decir que, esta vez, Ferrari perdió la partida matando a su propio rey.

Tras el Gran Premio de Australia, por encima de todo, hay que celebrar que la importancia de los muros de boxes haya regresado a la Fórmula 1, y desear que se mantenga de aquí en adelante. La variabilidad estratégica proporciona ese elemento de partida de ajedrez sin el cual, la Fórmula 1 no es la Fórmula 1.